jueves, 9 de octubre de 2014

Adriano de San Martín

Julia De Burgos

“… hijo mío y de la muerte, me llamará poeta
 Poema para mi muerte

Una muchacha se mira en la corriente
del gran río Loíza o en el obscuro Hudson.
Su rostro es un espejo de aguas
sobre el asfalto de Carolina, La Habana o Harlem.
Una muchacha puertorriqueña
como decir americana, nuestra.

Una mujer que sangra, ama y canta,
se abre el pecho a medianoche en pijamas.

Una mujer río navega hacia el intenso mar
de las multitudes que intentan en vano
colocar el cascabel azul al cuervo
con una brújula extraviada en los camposantos.

Una mujer golpea y escupe sus palabras
desde las cornisas de los rascacielos;
se tiende sobre las nubes de Welfare Island
y se aleja con los vítores de nuestros pañuelos.

Una muchacha/mujer recién horneada
me nombra en la anochecida circular
con su estirpe, su amor, su jungla, la jauría.

Del libro Todo tiempo futuro, presentado en septiembre de 2014 en San José, Costa Rica.


Amanecer en Puerto Rico *

San Juan es una luz ambigua cuando amanece. Un temblor de sábanas en el aire. Un rumor de fragancias al despertar.
Es el marco donde la luna nos bañó con su canto para atravesar el vientre de Atabeyra, amplio lecho blanco del barco ebrio abanicado por el viento del Caribe, luz que se confunde con polifonía de colores para abrazar el espacio donde trato de asirte y anudarme otra vez en el amplio ojo de pez de tu Andalucía.

* De Samsara


Adriano de San Martín. San Carlos, Costa Rica


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Todo lo que vemos desfilar ante nuestros ojos, todo lo que imaginamos, no es sino un sueño dentro de otro sueño.
Edgar Allan Poe
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