sábado, 1 de septiembre de 2012

Editorial

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con voz propia nº 51 - septiembre 2012


revista literaria creada en noviembre de 2006
distribución y publicación gratuitas



El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos caminos sino en tener nuevos ojos.
Marcel Proust



………El ladrón de cerezas

………Una mañana temprano, mucho antes del primer canto del gallo,
………despertado por un silbido, me asomé a la ventana.
………Subido a un cerezo -el alba inundaba mi jardín-,
………había sentado un joven con el pantalón remendado
………que cogía alegremente mis cerezas. Al verme
………me saludó con la cabeza, mientras con ambas manos
………pasaba las cerezas de las ramas a sus bolsillos.
………Largo rato, de vuelta ya en mi cama,
………le estuve oyendo silbar su alegre cancioncilla.


…………Bertolt Brecht
…………Alemania, 1898-1956
…………De Poemas y canciones. Alianza Editorial, Madrid, España
…………Traducción: Jesús López Pacheco y Vicente Romano



El verdadero valor conoce el miedo. Las personas honestas valoran la vida apasionadamente, se aferran a ella como si fuese una joya preciosa, y eligen el momento y el lugar apropiados para entregarla, para morir con dignidad.
Eiji Yoshikawa
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………………,,,,,,……………………revista literaria con voz propia

………………,,,,,,……………………ISSN 2314-0275
………………,,,,,,……………………Edición y dirección: Analía Pascaner
………………………,,,,,,……………San Fernando del Valle de Catamarca
………………………………,,,,,,……Catamarca – Argentina
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Oscar Wilde

-Irlanda, 1854 – París, 1900-

El imán

Había una vez un imán y en el vecindario vivían unas limaduras de acero. Un día, a dos limaduras se les ocurrió bruscamente visitar al imán y empezaron a hablar de lo agradable que sería esta visita. Otras limaduras cercanas sorprendieron la conversación y las embargó el mismo deseo. Se agregaron otras y al fin todas las limaduras empezaron a discutir el asunto y gradualmente el vago deseo se transformó en impulso. ¿Por qué no ir hoy?, dijeron algunas, pero otras opinaron que sería mejor esperar hasta el día siguiente. Mientras tanto, sin advertirlo, habían ido acercándose al imán, que estaba muy tranquilo, como si no se diera cuenta de nada. Así prosiguieron discutiendo, siempre acercándose al imán, y cuanto más hablaban, más fuerte era el impulso, hasta que las más impacientes declararon que irían ese mismo día, hicieran lo que hicieran las otras. Se oyó decir a algunas que su deber era visitar al imán y que hacía ya tiempo que le debían esa visita. Mientras hablaban, seguían inconscientemente acercándose.
Al fin prevalecieron las impacientes, y en un impulso irresistible la comunidad entera gritó:
-Inútil esperar. Iremos hoy. Iremos ahora. Iremos en el acto.
La masa unánime se precipitó y quedó pegada al imán por todos lados. El imán sonrió, porque las limaduras de acero estaban convencidas de que su visita era voluntaria.


........................................................Fuente: www.ciudadseva.com

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Algo desagradable se aproxima cuando los hombres están ansiosos por decir la verdad.
Benjamin Disraeli

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Luis Alberto Taborda

-Tinogasta, Catamarca, Argentina-

La poesía es pura

La poesía es pura duda
Pura imprevisión
Puro escándalo

La poesía es pura batahola
Puro espejismo
Pura locura

La poesía es pura revolución
Puro desenfreno
Pura mentira

La poesía es pura palabra
Puro arrebato
Pura piedra en el camino

La poesía es pura ventolera
Puro laberinto
Puro molino de viento

Y con esto queda demostrado
Lo que dije al comienzo
“La poesía es pura”


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Habla para que yo te conozca.
Sócrates

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Gustavo Vaca Narvaja

-Córdoba, Argentina-

Sospecho

Sé que estás allí -lo sospecho-, por eso garabateo y escribo. Recuerdo tu contemplación tierna, tus sentidos vivaces y pícaros, tus manos divertidas e ingenuas, tus senos acariciando mi alma, tu vientre dócil y fresco, tu sexualidad húmeda, tus muslos danzarines y tu retozo contagioso. Tú…, toda tú. Sé que estás allí. Lo presiento en la caricia cercada del último galanteo del jovial sonriente, que percibió el beso oculto entre azaleas y madreselvas de recuerdos; o del bufón jocoso, sonriente y herido en el desalojo abrazo del proscrito, aún guarecido en goce y deleite infinito, y también en tu suspiro, anhelante y contagioso; en tu mutismo de memoria, en tus guiños risueños y en la tregua de tus caricias. Tú…, toda Tú. Sé que estás allí -lo presiento.


Perplejo

Una antigua tiniebla sojuzgada fenece en la más grácil estirpe, cuando mi perplejidad antigua crece. Se brinda, como una victoria, entre la soberbia realidad inexacta de tu artificial vuelo y el vacío de una ficción dócil, moldeada en secreto por quejosos astrólogos. Parsimoniosamente donada por indiferentes, te pierdes sin prejuicio alguno en la estría inflexible del espacio; embelesa entonces las siluetas del viaje con el vaho palpable de un falsificado vuelo, y cuando la brizna derrame su invocación, mi vacilación escurridiza indagará el piélago para finalmente descansar.


Sonrisa

He asistido al atrevimiento hechicero de tu sonrisa, perplejo tomé el plumaje del decoro, sin esperar alboradas o crepúsculos que interfieran. Me llevé a la memoria fresca tu serena expresión y la pureza de una indecisión culpable. Sumergí en perennidad, el destello delicado del recato, convencido, que la morada de la simpatía expira fantasiosa, si no es apresada. Te llevé al palacio de la sabiduría, porque será allí donde deslumbre el manantial de tu sonrisa, como ensayo tenue de una leyenda.


Torpeza

Huye el presagio, queda la sombra desnuda de un aerolito que abofetea el bronce y el mutismo, protesta en un océano seco. El sepulturero se engancha de las estrellas. Hay una perfección de bosques vírgenes y sepulcros vacíos, que esperan fragmentar la somnolencia de la usanza, en un pacto mezquino que solloza.


Tu piedad

Ah, mujer! Mujer que perduras, en el lujo eterno del consentir con el gesto puro de una piedad generosa, ¿no te cansas de tu inocencia? Tienes la magnificencia inigualable del perdón; del perdón que ofreces con tus palmas abiertas, y abrazas sin temor ni recelo al pecador, y avanzas decidida al juego absoluto del amor.
Segura, casi ciega, encendida de magia, comprendes que el amor se dilapida, o aclama o se incorpora exuberante, o se desecha por siempre. Pero no admitirá jamás que lo ignores; menos aún que lo desprecies, y lo sabes, porque lo vives. Así como vienes surgida del amor, cuando te acompañe esa vibración irresistible que ahoga y rejuvenece, verás en ella, cuando te habite, un esplendoroso albo asomando con el sigilo de una pasión despabilada, que pedirá tu amor, que protegido está en el capullo virginal que entregas inmaculada, sin importar la expiración del tiempo que regalas. ¡De nada vale ya, mujer, el temor a los años!, sitiado a veces en rutinas o tristezas; es sólo la cáscara la que caduca y desgasta en hojas secas, porque el alma es eternamente joven y lucha contra toda esa llaga perenne y abierta, que divide la vida en dos, y rueda sin cesar y cansancio. ¡Ah!, ¿será que la juventud se malgasta, apresurada, y justifica su premura sin considerar que habrá una madurez floreciendo lentamente con su belleza resignada? Guarda silencio, mujer, aunque le mientas al mercader de ilusiones… Él se asusta de tu grandeza, y escapa temeroso; tú, entras al reino de lo eterno, abriendo tu corazón generoso porque eres la única luz entre las sombras. ¡Ah, mujer! Mujer que perduras en el lujo eterno del consentir, con el gesto puro de una piedad generosa, ¿no te cansas de tu inocencia o tu piedad?


Ceguera

Cuidado con aquel audaz y procaz personaje que obcecado intuye el camino de su víctima, y teje sin premura una cuidadosa corteza artesanal, capturando una autonomía grácil, enfocada por sombras. Ese hábito enfermizo de posesión asfixia y apaga la vitalidad y la razón de su víctima, acompañando el avance fatídico del siniestro pérfido, deslizado en una calle de cortesía hipócrita, para dejar inseguridad, como el más terrible flagelo visible. Sólo la ceguera de un capricho puede negar una realidad y dejar indefenso el futuro. ¡Enciende entonces la inteligencia como el escudo correcto ante el abyecto rufián!, y no permitas que la vacilación aguijonee sin piedad tu camino de logros, postrados hoy, y sumidos en tribulaciones y amarguras. Debes saber que siempre habrá una luz fulgurante reservada con aliento y esperanza a un futuro renacido.


El lago
Texto de nube

Este texto de nube captura figuras de letras; una carilla, una historia, un vocablo, un recuerdo; cada evocación, una agitación; cada conmoción, una añoranza; cada tristeza, un olvido. Cierra tus ojos en el crepúsculo y desnuda tu piel; un ángelus mágico cautivará tus labios rubicundos y tibios, y el lienzo rociado de ansias caerá a tus pies, mientras cavilas, desguarnecida y despojada, sedienta, anhelante de pasiones perpetuas de momentos vividos. Hoy, todas ellas cobijadas, orgullosas en tus palmas, ennoblecidas ellas, al inmortal juego del tiempo… Tu bella promesa, henchida con diamantes de sueños despojados de sombras, sobrevive al hechizo del olvido en el sublime espacio de la memoria. Esta cartilla de noche ampara un desvelo para el cómplice creador de ilusiones, anhelante, descifrador de letras, vagabundo y poeta de quimeras. ¡Allí!, en ese sosegado lugar, con tu desafiante desnudez, braman secretas voces gregorianas, apabullando el espejo del lago, mutilado con una incisiva navaja, en el horizonte infinito, que cierra tus ojos en ese atardecer… para que sueñes…


Delator

En ceremonia crepuscular, oculto en el silencio del lobo, el delator deambula sin rumbo entre selvas de historias fingidas. Una vigilia cautelosa mantiene la pereza del secreto; un enigma maquillado sofoca su curiosidad oscura, lleva sus espaldas cargadas de sorpresas ebrias de misterio. El delator prepara su traición ante espejos de despedidas, y escapa invisible y desconfiado, huyendo de la luz. Como analfabeto eterno del futuro y peregrino del desarraigo: muerde su propio veneno… y muere.


Lo sé

Lo sé: hay una perfección en los bosques vírgenes, y también en los sepulcros vacíos que esperan. Entonces, ¡fuguen redes aladas y paraguas de oro! ¡Renuncien a los surcos y la fría arenisca impúdica del futuro, con bosques inciertos! Aún así, ¡dancen!, y fragmenten la somnolencia de la usanza en un pacto mezquino que solloce.


Río

El arroyuelo serpentea entre cantos de piedras gigantescas y asoleadas. Siempre acarrea un murmullo; le dicen susurro de arroyo; yo digo… melodía de arroyo. Son voces corales, no se cansan, no se cansan. Transita y transita, caminando en lechos grises; el arroyo besa las piedras, babosea cien, acaricia mil, hocica miles. Es un gran besador. Hay sílice, hay arena. Es un lecho seductor, es un río muy arisco, ¡muy arisco! Siempre se amilana y, atemorizado, escapa entre piedras soleadas y halagadas.


Del libro Sueños Calmos. Poesía en prosa. Colección Sur de Poesía, Ediciones de La iguana, 2012

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Debemos obrar, no para ir contra el destino, sino para ir delante de él.
Friedrich Hebbel

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Carlos Penelas

-Buenos Aires, Argentina-


…………………………………………Duélete de mi señora.
…………………………………………Señora, duélete de mi,
…………………………………………de mi duélete.

……………………………………………Anónimo siglo XVI

I

Como un dolor la sirena del puerto.
Y el tumulto en el río de los desaparecidos
en reflejo ascendente.
(Amigos, ella viene de mayo, de proclamas.)
Y el temblor del alma bilingüe
con su andar fugitivo, solitario.
Después, manifestaciones y fatiga.
Una mutación oye el saludo,
noches que acarician ausencia,
voces lastimadas, ahogándose.
Y la pobreza penetrando arrabales
en un destierro de tristeza y desencanto.

Desnuda, la amada
separa las ardeduras de mis labios.


II

Padre, ahora que necesito de tu voz
has partido. Sólo desconcierto indolente.
La amada me pide que te busque.
Me dice que la ausencia desvela al corazón perdido.
Dejaste la bruma,
la soledad que cuida su secreto,
el verso de amor y de experiencia.
Un consuelo que transita dormido
y ciñe el gozo en el orden de los días.
¿Qué hago, padre, ahora
que tienes la cabeza reclinada,
oculta en una barca fenicia,
inmemorial,
entre tanta hipocresía y palabras inútiles?


III

Como aquel que atento a la lucidez
buscó su soledad,
la percepción del límite,
la noche traza su frontera.
Inacabable penetra el recuerdo,
amanece y distrae mi aliento.
Así se encuentra el extravío.
La quilla sobre la amargura
de la usurpación.
Entonces alcanzo a comprender
que no nos salva el amor ni la esperanza.


IV

¿Quién mueve en nosotros
mitos altivos, espléndidos,
o estos muslos que surcan oleajes
y dioses precarios? ¿Quién se desliza
en la lubricidad del mar?
¿Cuál es el nombre de la rosa inagotable?
¿De dónde esta pasión
que es ansiedad y aladares sueltos
sobre la incertidumbre del asombro?
Y estas orillas ¿de qué anverso nacen?

En la somnolencia del tacto
arden tempestad y secreto.


V

Sólo tu rostro
entre la luz y el desorden
del viento.
En la respiración intensa de la vida.
Sólo tu rostro espléndido
junto al ensueño de la tarde
sustentando arenas y elegías.
En el instante
del remordimiento o la certeza.
Tu rostro junto al aire y la mirada.
En la vigilia que desnuda pudor.
Huyente, desvalido.


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Una cosa fundamental en la vida es saber lo que se quiere. Primero buscarlo como el que se asfixia busca el aire y finalmente pagar el precio.
Fernando González Ochoa

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Robert Gurney

-St. Albans, Inglaterra-

El King Harry
*

Estás allí, en la butaca,
tus zapatos en el apoyapies,
de espaldas a la ventana,
disfrutando de una cerveza,
Sharp’s Doom Bar,
cuando el barman te dice
que un camión destrozó la pared
justo detrás de donde estás.

El tráfico enloquece
a un metro de tu cabeza
metiéndose entre el pub
y la piedra de confesión
en el rincón del cementerio
de la Iglesia de San Esteban.

“Un coche vino como una flecha
por la Watling Street’, continuó,
con los ojos como platos,
hacia el muro,
pasando por él
allí donde tienes los pies
y se enterró en la barra.”

Siguió, diciendo
que no era sólo eso,
que en el desván
puedes ver el espíritu
de una jovencita.

“La he visto”, susurró,
"atravesando ese cuarto oscuro,
solo su torso, sin piernas."

* Nota de edición: “El King Harry” es un pub de St. Albans
Poema inédito

* * *

El profeta

La ballena lo escupió
en la playa
de San Antonio Oeste
o en algún sitio
cerca de allí.

Caminó tierra adentro
armado de un mapa
del Paraíso
en el norte
de Argentina.

Llegó a una ciudad
llena de fábricas
y empezó a enseñarles
lo que llevaba.

Lo encerraron
en un cuarto
y le dijeron
que se callara.

Los estudiantes
pasaban delante de su puerta
sin saber quién era.

Adentro,
estudiaba minuciosamente
los poemas
de César Vallejo.


La bahía de Dylan

Llamé al marmolista
para hablar de las palabras
que queríamos poner
en la tumba de mi suegra.

Estuvo en el cementerio
de Oystermouth
no muy lejos
de la casa de Dylan.

Dijo que estaba trabajando
en el sitio más hermoso
del mundo:
la Bahía de Swansea.


Infinidad

……………………………A Arthur Rimbaud

Sentado en lo alto,
en el alcantilado
de Worm's Head
contemplo el sol
que se pone.

Una mancha roja
se pierde
tras una cortina de gris.

Poco a poco el mar
desaparece.

El mar se va,
con el sol,
susurra Rimbaud.


Infinidad, casi

……………………………a Thomas Gray (1716-1771)

La bruma empieza
a deslizarse
sobre la tierra.

El primero
que se va
es el mar.

Cubre
las pirámides
de las dunas.

Sube la calle
poco a poco
devorando el pub
"El Barco"
y el restaurante
"La Mesa del Capitán".

La iglesia de San Catwgg
se hunde.

Las copas de los árboles
desaparecen
seguidas de los acantilados.

Sólo se ven
los cuervos.

Y escucho
el sonido triste
de la boya
en la bahía.


Del libro El cuarto oscuro y otros poemas. Lord Byron Ediciones, febrero 2008

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Estas tres señales distinguen al hombre superior: La virtud, que lo libra de la ansiedad; la sabiduría, que lo libra de la duda; y el valor, que lo libra del miedo.
Confucio

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Sergio Borao Llop

-Zaragoza, España-

Niño
(estampa navideña)

…………………………………………Nace, como la herramienta,
…………………………………………a los golpes destinado
…………………………………………-Miguel Hernández-

Niño. Niño del extrarradio. Niño de los cartones y el gesto huraño.
Déjame en esta noche cantarte, niño esquivo; deja que mi palabra te acaricie; que este grito de sangre que me agobia surja feroz y ardiente como un magma de espanto, como una sonora bofetada en el rostro impasible de los dioses.
Atrás, lejos, muy lejos, hay la caricia de una madre, un recuerdo borroso que tu piel, hoy endurecida por lluvias y quebrantos, evoca muy de cuando en cuando, quizá para escapar al miedo de las noches pobladas por expectantes ratas, gritos enloquecidos y algún llanto lejano. Niño.
Tu luna de cristal es la farola de la esquina, que una piedra a destiempo borra sin el menor remordimiento, sumiendo en las tinieblas tus años infantiles. Niño.
En tu mano surcada por miríadas de líneas, falta una: La línea del futuro. Acaso la borraron otras líneas menos inofensivas: las hondas cicatrices que dejan los cristales, las latas, las traidoras astillas escondidas. Niño.
Hubo quien te enseñó que una navaja abierta es la estrecha frontera entre el frío y la nada. Que un silencioso uniforme en la distancia puede significar la pérdida del cielo que cobija tus sueños, si es que soñar aún no es imposible. Que la noche es un hediondo basural donde encontrar aquello que la suerte te niega. Niño.
Niño de ropa vieja y mejillas manchadas, sospechoso habitual, espectro sin respuesta. Niño.
Niño gris de chatarra, papel y heridas sucias. Niño de octubre sin zapatos ni amor ni primaveras. Niño de negros ojos y silencio en los labios. Niño sin videojuegos ni esperanzas, sin lágrimas ni risa, sin un abrazo confortable, sin futuro. Niño de otoños largos sin música ni escuela, sin papá noel ni reyes magos, niño sin villancicos. Niño ajeno a ese mundo de escaparates encendidos y cenas navideñas. Niño de la inocencia asesinada. Niño que te repites por todas las esquinas. Niño que una mañana no amaneces. Niño.


Cansancio

Es cierto que cuando se ha caminado mucho, y aunque a pesar de todo no se haya llegado muy lejos, o quizá precisamente por eso, tiende a apoderarse de nosotros un cansancio que, por desconocido e inesperado, nos desconcierta. En tales casos, uno piensa que tras una larga y apacible noche junto a un hogar cálido, sobre un lecho confortable y al abrigo de las mantas, todo será de nuevo como al principio, que se habrá borrado la fatiga y podrá reanudarse el camino con renovadas energías. Pero en ningún modo es así. Este cansancio es persistente y no bastan la noche, el hogar y las mantas para hacerlo desaparecer. Aun si la noche fuese tan larga como el día que la precedió -ese prolongado día que fue testigo de nuestro arduo caminar- no hay garantía alguna de recuperación. Así, cuando amanece -si hemos de suponer que tal cosa puede ocurrir en realidad- la fatiga es casi tan grande como en el momento en que nos tendimos a descansar. Quisiéramos dormir un rato más, sentarnos junto al fuego, demorarnos un poco aún junto al umbral, pero el Posadero nos ha acompañado hasta la puerta y, con gesto amable, nos mira como invitándonos a partir. Su mirada es tranquila y quizá hasta compasiva, pero el mensaje que se desprende de ella es inequívoco: Debemos reemprender la marcha de inmediato. Y así lo hacemos. Resignadamente. Nos despedimos con un gesto, retomamos el sendero, verificamos la ruta -aun sabiendo que toda ruta es ilusoria- y nos preguntamos si algún día, por fin, llegaremos. Tal vez nos ayudase -pensamos- saber a qué lugar nos dirigimos.


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Eso era todo lo que un hombre necesitaba: esperanza. Era la falta de esperanza lo que hundía a un hombre.
Charles Bukowski

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Carlos Benítez Villodres

-Málaga, España-

Septiembre

Un nuevo septiembre empieza
a correr, como una liebre,
con gran ansiedad y fiebre
y una endiablada flaqueza.
Él es, por naturaleza,
un mes desequilibrado,
ya que le cae en picado,
al ocaso del verano,
la hiel de lo cotidiano
tras el retorno obligado.


Ernesto Cardenal *

Desea arruinar tu mies
el feroz Daniel Ortega,
pues sabe que no te llega
ni a la altura de los pies.
Tu contienda, sin envés,
por el pobre y el obrero
dignifica al mundo entero
y a tu labor productiva
con la que logras que viva
el hombre en este hormiguero.

(*) Sacerdote católico (uno de los más destacados religiosos de la teología de la liberación), político, escritor y poeta nicaragüense.


La memoria histórica

Es difícil, pero es bueno
que conozca el ciudadano
a quiénes el ferrolano
mató con su odio de cieno.
Maldito sea el veneno,
todo fiereza e inquina,
de su venganza asesina
que alardeó con maldad
por la sensibilidad
de un país con disciplina.


Aborto

Absolutamente absorto
me dejan nuestro Gobierno
y la Iglesia del Eterno
al referirse al aborto.
Yo, que ni pincho ni corto,
afirmo que es la mujer
quien tiene que proceder,
con bondad, ante este tema,
no cualquier corte suprema,
ostentosa de poder.


Políticos opacos

Como auténticos bellacos,
sin conciencia ni piedad,
mienten a la sociedad
los políticos opacos.
Con cerebro de macacos
estos seres detestables
lanzan, a modo de cables,
promesas y complacientes
augurios, que, aun relucientes,
perecen por ser inviables.


....................Del libro inédito Décimas de El Farero

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El hombre se dedica a desear en voz alta aquello que jamás se esfuerza en alcanzar.
Noel Clarasó

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Rodolfo Leiro

-Buenos Aires, Argentina-

Capitolio


Desde el Capitolio astuto donde abrevo mi silencio,
la comparsas inmutables de las láminas sagradas,
las estatuas de ficciones que me miran asombradas
y los lujos que me ciegan, este sitio donde pienso,

entre un clan de catecismo y el aroma del incienso,
de los griales, de los coptos, de las luces apagadas,
de las pilas bautismales, siempre listas, alertadas
en un pleno de suspiros, en el soplo del suspenso;

miro el tráfago del orbe, su dinámica en ascenso,
este absorto dinamismo que mi lírica condenso
entre rostros que se hurtaron en pupilas amargadas,

y me arrojo a mi litera, en catarsis de descenso,
procesión de calaveras en un cenotafio inmenso
y que gritan su contento en rugientes carcajadas.


Boca que ríe

Mi pecho fue un timbal de resonancias
perlando su esplendente fantasía,
enrolada en mi violín de melodía,
en su raro fulgor de trepidancias;

indago aquel amor en las estancias
que tuvieron por huésped mi osadía,
cuando vagaba en ritmos de utopía,
sin vestigios de vanas petulancias;

hurtaba de mi huerto de fragancias
mecido por la piel de mis constancias,
de tu hedónica boca que me huía

la palabra ritual sin disonancias,
adosada al film de tu prestancia.
Conservo en mi talega tu boca que reía.


Póstuma luz

Cuando estallen los fálicos planetas
los funda un vasto sol incognoscible
y mi Nada y tu Nada, indivisible
nos moren en vacíos de maquetas,

se destrone mi Luna en las horquetas
que escinda de un futuro impredecible
y todo lo que es hoy, será invisible
en vacíos sin luces, sin glorietas,

las pupilas de azul, las indiscretas
surgidas de alfas pátinas secretas,
del póstumo muñón de mi dislate,

tronarán para siempre, sus inquietas,
sus láminas de rimas y espoletas.
¡Mi Verbo, única luz, último vate!


Sonetos del libro Rimas insolentes, agosto 2011. Creadores Argentinos, Buenos Aires, Argentina

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Aborreced las bocas que predicen desgracias eternas.
Rubén Darío

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Alba Estrella Gutiérrez

-Buenos Aires, Argentina-


………………………………………………a los amigos

voces que restauran heridas
lugar único del corazón
caminos sin culpa
esquina de abrazos
un dolor compartido
es casi
un dolor menos en el mundo
amigos elegidos
risas del alma
que tejen en puntas de pie
nuestros rostros distintos
y saber que se puede
enfrentar hasta el fondo
el porqué de estar vivos
amigos sin horarios
regresos en trenes
sin apuro de siesta
tiempo de café mate y cigarrillo
para saltear la muerte

mis amigos


* * *
………………………………………………A Bartolomé De Vedia

estabas en el momento preciso
y necesario
cuando el dolor
clavaba su honda de puñal en las esquinas
y en el golpe travieso de una herida
en el café tranquilo del domingo
estabas como siempre a nuestro lado
tu abrazo sin doblez
compañía presente de los solos
remedios cotidianos
estabas en lo pequeño como un beso de a dos
en un silencio de aullidos que no te permitías
porque siempre estabas

y seguirás estando para siempre


* * *

un pájaro muere en Hiroshima
el espanto camina su piel agujereada

él la contempla
las cuencas vacías de los ojos
muerden su cintura
lámpara fugaz en la vigilia
el aire huele a nostalgia
los huesos se humillan en simple valentía
un pájaro muere en Hiroshima
la boca se despierta
y las alas vuelan sobre el muro
la ciudad absorta
cuida su instinto de quietud
y llora su agosto de sol

te amo dice él
mientras abarca el vacío de sus cejas
luz que no contempla
soledad de dos es compañía
con mi nombre que fui
escribo tu hermosura

te amo dice ella
mientras grita el dolor
el mar desata su corazón de pez
tímidamente
alegría y pudor desvisten
su coraje de ausencia entre las ruinas

porque dos inocentes se aman en Hiroshima


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Hagas lo que hagas, hazlo bien.
Abraham Lincoln

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Elsa Solís Molina

-Nació en Rosario, Santa Fe, Argentina. Reside en Barcelona, España-

La paloma

Hoy he vuelto a ver a una paloma, a la que le di hace unos días, en un descanso de mi caminata, unos pedacitos de chocolate, era lo único que tenía comestible en mi bolso…
¿Y sabes por qué la reconocí?... porque no tenía más que un muñoncito, en una de sus patitas…
La vi por primera vez, en una placita un poco alejada y tranquila, de Barcelona donde se sientan los que, como tú y yo, nos cansamos más rápido…
Hoy, cuando volví a ver como, renqueando, rápida y vivaz, le robaba miguitas a sus compañeras de vida, sonreí en solitario, la seguí por largo rato en sus evoluciones, le envidié el valor, esta vez, la volví a encontrar en unos bancos muy anchos, cerca del mercado, y el super, donde hago mis compras, donde dialogo con frecuencia con otras personas que tienen la suerte, como tú y como yo, de mirar como pasa la vida… de observar situaciones, semblantes que descubren sus dramas o alegrías, su crispación o templanza, sus miedos o sus decisiones de no tenerlos, sus privilegios frente a millones de desgraciados, despreciados, sometidos……
Y al ver las evoluciones de la paloma, de mi paloma, sin acobardarse por las corridas de los niños, volviendo una y otra vez, al lugar donde encuentra su sustento… incansable creadora de vida, arrullándose en los tejados, robando las semillas de los balcones sin cerebro para pensar en sus desgracias, sin complejos por ser inválida, escuché el mensaje sabio y mudo, sin palabras rimbombantes ni rectoras, de una naturaleza que sólo palpita para no suspender el hálito de VIDA.


La revancha

Ya la tarde se esconde entre las nubes, que ocultan los colores de los rayos
de un sol que no quiere desprenderse de aquel bello horizonte anaranjado…
pareciera que allá en la lejanía, también existen guerras entre dueños
de los astros, las vides y los sueños, las canciones, las vidas y los páramos.

Poder, que dirige a las manadas, poder, que distribuye las miserias…
Poder, que no puede con lluvias, ni con roca que derriban los vientos.
¿Qué nube oscura que enceguece, envilece al ambicioso y necio?
¿Qué agua sal le miente que lo sacia, dejándolo sediento en el desierto?

¿Será el espejismo que la lluvia, emparentada con soles y silencio…
oculta sus ruindades e ignominias… a aquellos de corazones muertos?
¿Será que está cerca la justicia y para los sin palabras, en silencio
ya viene caminando la revancha… punto final a tanto sufrimiento…?


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¿Qué hace falta para ser feliz? Un poco de cielo azul encima de nuestras cabezas, un vientecillo tibio, la paz del espíritu.
André Maurois

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Liliana Marengo

-Buenos Aires, Argentina-

Mi mago

Cuando evitas que el cauce se seque en tu infinita insistencia
Y despliegas tus alas gloriosas sobre los grises decrépitos
Anuncias primaveras.
Tu estrategia insólita y creativa, se mete en la galera
Para salir airoso de la pena con flores y colores.
La peleas.
Un revuelo de pájaros que tu don aletea
Va poblando de vida los rincones, callejas
Y mi puerto a lo lejos te tienta
Y tu alma a mi puerto navega.
Pareciera que todo renace
Mi mago
Anuncias primaveras.


Rosa erguida

¿Qué ha hecho que la rosa permaneciera erguida?
No es primavera y el otoño y su sequía no han podido con ella.
¿Es tan fuerte? ¿Quién doblega su cuerpo empedernido?
Aún el árbol caído te condecora por mantenerte firme.
Estrella arrolladora, me conmueve tu voluntad en el desierto
Das luz al tiempo muerto, que acobarda a mi risa.


Un pájaro

Es este amor un gran misterio
Como si todo mi cuerpo resistiera
Agitaré mi corazón al viento
Los seres que se aman suelen pasar tormentas
Otoños de dolor, inviernos para esperar regresos.


La sociedad

La sociedad se pone en exigente
Si sos soltero ¿Por qué no te casas?
Si te casas ¿Por qué no tenés hijos?
Si tenés hijos, adónde están los nietos
Y si los nietos por qué no los bisnietos.
Con mucha suerte, terminan las presiones pidiéndote
La muerte.


Poema para tu regreso

Tendida en la campiña te espero
Fruto adolescente que amanece
Templa con tu palabra cantarina
Que vengo andando versos.
No llegará el ocaso, si te espero
No llegará el invierno.
La primavera estallará con flores
Y en enero, mi boca en risas.


Escucha

Qué fue de mí desde el momento que me dormí cuando era invierno
Vengo a buscar las manos que me acunaron
Y se olvidaron de despertarme luego.
Escucha ¿Qué fue de mí?
Sí aún respiro ¿A dónde estoy yo que no me siento?
Vengo a que me digas ¿He muerto?
Recuerdo que vivía, pero olvidé adónde dejé la vida
El día que tus manos me durmieron.


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Decide ahora mismo ser feliz porque la felicidad es una adquisición.
Facundo Cabral

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Luis Edgardo Soulé

-La Plata, Buenos Aires, Argentina-


Tal vez sea preciso otro diluvio
……………………………………………………otro Noé.

Deucalión arrojando del Parnaso
los huesos de las madres.
Otras piedras pariendo al hombre nuevo.
El verbo retomando el camino a otra vida,
llegando hasta el final,
donde la furia de las aguas querrán purificarlo.
Los huesos de otras madres
…………………otras piedras
……………………………………………………esperan el milagro.

…………………………………………………Otra vez la paloma

* * *

La casa guarda en inquietos rincones
olvidos y recuerdos,
el aroma marchito de una rosa,
una vieja moneda
que ya ha cumplido un sueño, una esperanza,
el polvo acumulado,
unas migas de pan,
una borrosa huella.
Cuando limpien la casa
limpiarán el aroma
…………el polvo,
………………………la moneda.

………………………………Y quedará el olvido.

* * *

No preguntes.
………Alguien sabe el final.
Allí estará el poema
……………………la palabra.

No te inquietes,
……………………alguien dispuso ya,
……………………………alguien espera.

* * *

…………………………………………En recuerdo de Horacio Castillo


En qué lugar lejano nos espera
la mesa de un café
…………………………………y aquel poema.

Estaremos sentados
………………………………como siempre.

Un café que se enfría.

Y yo esperando siempre tu llegada.

Será el final de un tiempo
el comienzo de nuevas charlas.

Y brotarán de nuevo las palabras

………y no hablaremos nunca de la muerte.


…………………………………………………………………Poemas inéditos

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Ten fe ciega no en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que lo deseas.
Horacio Quiroga

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Olga Ravelli

-Buenos Aires, Argentina-

Sobre la lógica del miedo?
(…la lógica del tiempo)

El miedo no tiene lógica, me dijo Laura
Y subimos al ascensor.
Pensé en la claustrofobia.

Estoy sola.
El miedo entra sin permiso.
Por mi piel.
Por mi sangre.
Se toma mi saliva.
Me deja inmóvil.
Respira y late.
Está violándome las vísceras.
Amordaza mi boca, me asfixia despacio.
Es un algo deforme.
Se instala en mis rodillas y en mis dientes.
Quiero creer en lo que dijo Laura.
Pero veo al miedo cagándose de risa de su lógica.
Veo gusanos que suben y bajan por su lengua.
Veo su cuerpo anónimo y vicioso.
Lo huelo como lo huele un perro.

Me nausea.
Me asquea
Me babea.
Es gutural. Áspero.
El miedo es presencia.
Que me empuja a un abismo.
Que me ata a una hoguera.
Que me ahoga.
Que me come.
Que se come a los niños.
Y se esconde y me espera.
Que me mira y lo siento. Que me muere a mi hijo.

Me acuerdo de Laura.
El miedo la desaparece. La quita de todo.
Destruye los argumentos.
Y me deja sin piel. Sin sangre. Sin huesos.
Me deja con mis lágrimas.
Que de tanto gritarlas me despiertan.

……………………………………………………7 de mayo del 2005


Nada de lo que se percibe en este mundo
es tan insoportable...

El aburrimiento es vacío en el tiempo.
Es azar descubrir que si dormimos
alucinaremos una máscara.
Nos volveremos idiotas
corriendo por un túnel que nos conduce a un lugar gastado.
El hastío se instala pegajoso y con moscas. Y damos vueltas mirando el techo.
Sin imaginación.
La mano alarga un dedo en la pared sobre esa mancha que no dice nada.
Alguna vez, creímos en la prisa,
con tedio. Y con tedio resultó una buena salida. Ahora ni eso sirve.

Con aburrimiento aparecen formas
que van en alguna peregrinación de muertos
y el día es como agua sin ruido,
llegando hasta el imperio de la sangre.
¿Habrá cosas dignas del amor en el aburrimiento?
Pasiones de lluvia? Sudores de hojas que caen? Lamentos en soledad?
Emociones en caminos mojados?
Todos los placeres y todas las penas recordadas en ese pequeño trayecto del dedo. ¿Será esa la dimensión del alma?
Queda todo tirado, piel, ojos, sonrisas.
La sangre se junta con el cielo.

¿El aburrimiento puede transformar la oscuridad en poesía?

¿Con aislamiento se puede ver el cielo blanco como una isla sin dueño?
Tedio: ¿Están estos versos apilados en un rincón? ¿Caeremos de tus garras?
Los cuerpos con sombras.
Las hemorragias salpican las paredes. Se aniquila el arte.
Cualquier cosa puede servir.
Despegar el dedo de la pared para que la puta señal aparezca.
O esa arteria taponada de colesterol se prepare para estallar.
El dolor se gesta en un muro.

Yo digo:
………Que con alegría busco la boca.
………Con la boca busco la garganta.
………Con la garganta busco la voz que busca la palabra que busca el alma.

Y el alma se seca.


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No está en mi naturaleza ocultar nada. No puedo cerrar mis labios cuando he abierto mi corazón.
Charles Dickens

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Emilse Zorzut

-La Plata, Buenos Aires, Argentina-

Consuelo

Amigo, mis tazas de porcelana rebozan de té compartido. Llenas con tus ensueños la vaciedad de mi alma. En mi cuerpo dejaste una despedida tierna cuando pensaste que iba a morir.


Último pedido

Si la noche se enreda en la reja y no escuchas mis pasos, enciende igual los leños, Ama, pero no esperes mi regreso.
Sabrás que hallé la llave extraviada, que dejé de controlar el tiempo, que maté las dudas con mis uñas y despedacé mi encierro.
De todos modos, Ama, no eches el cerrojo y deja encendida la lámpara de la sala.


Señor poderoso

No podrás con mis alas, señor poderoso, no matarás mis sueños aunque tapes mi boca. Mi mente tiene puertas abiertas al infinito, el infinito tiene puertas abiertas a la libertad. Aunque anules mis gritos, señor poderoso, aunque dobles mi espalda, se ensuciarán mis manos en la tierra que pisas pero no mis rodillas.


Lo transitorio

Mis manos modelaron símbolos en telaraña para llegar hasta ti atravesando tu desierto. Creí ver brotar un manantial junto a tu ofrenda.
Pero sólo habías encendido los leños para atenuar tu frío.
Arrojé mi mensaje a los leños y adoré el calor de la llama que acababa de morir.


Ruego

Parece encenderse una luz en el horizonte.
¡Por favor, Mi Señor, que no sea otra luciérnaga que se apague ni bien extienda mi mano par asirla!


De viaje

Verás pasar mi barco. La arena se achicará ante ti hasta ser un leve resplandor.
Tus manos querrán ser dos puertos, dos anclas, pero mi barco seguirá su marcha.
Y volverás a tus sueños porque será el único camino que no estará cerrado. Medirás el tiempo con sombras milimetradas. Le entregarás a tu infierno todas tus soledades y al fin te parecerán mieses por ti cosechadas. Volverás a ser puerto. Ahuecarás como anclas tus manos.
Pero ya no verás mi barco.


Deseo

Describe el ave la libertad hecha prisma en sus alas. Modela la brisa la caricia sin fronteras que levemente aterciopela el borde de las cosas.
No tiene patria ni bandera el ave. No tiene cielo ni tierra la brisa.
El ave y la brisa inauguran horizontes y allí construye el altar el único Dios de los caminos.


Cántaro de arena

La noche está hecha de cristales y relojes de arena. Pasa como si fuera cayendo grano a grano dentro de un cántaro infinito.
A cada minuto se repite indefinidamente tal como repito el nombre de mi amado a cada movimiento de la aguja del reloj.


Recuerdos

Tendidos de espaldas sobre el pasto desciframos los fantasmas que recrean las nubes.
-Mira, hijo, el barco de papel que llevó tus fantasías por el arroyo y tal vez se enfrentó con el mar.
-Mira, hijo, el avión que derribó fronteras y gritó su libertad a los cuatro vientos.
-Mira, hijo, el pájaro que te llevó en sus alas y me privó de tu futuro.


…...………………Del libro Moradas, enero 2011. Buenos Aires, Argentina

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La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse.
Ernesto Sábato

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Maximiano Revilla

-Tabanera de Valdavia, Palencia, España-

Fin de trayecto

Suele suceder que a las multitudes
siempre les duelen los siglos pasados.

Yo que nunca entendí de profecías
de estrellas ni asteroides
cada mañana voy desde tu boca a la boca del metro:
de Avenida de América, hasta Francos Rodríguez,
serenamente ansioso al baile de las distancias,
vísperas de una nueva inquietud.

Bajo y cruzo Velázquez
por el disco que está en la esquina,
sigo las sombras de un general por conocer,
uno que se maquilla enfrente
en el solar hambriento
de la rutina en llamas,
solo para que nadie le vea.

Saludo al comunero Maldonado,
digo adiós a María de Molina,
piso y piso al Marqués de la Valdavia
setenta y cinco veces
antes de sentir al hombre
en este largo otoño y sus pupilas,
con su abono mensual en el bolsillo.

Hoy salgo de la aurora como salen las gotas
del abismo de los milagros: a borbotones.

Quiero que entiendas que no soy silencio
ni la forma carnal que tus labios rozaban.
Que ahora que voy hacia el fondo
no quiero dejar nada sucio dentro de mí.
Tal vez este olor a humanidad
que me vuelve sensible
tenga con todo mucho que ver.

Sé que para llegar a tiempo
no siempre es necesario
salir el primer día,
que para morir no hay tantos caminos,
ni tantas calles con viaducto
ni tantas escopetas,
ni tantas democracias.

¿Quieres que demos un paseo
por mi locura?
Abajo, en doble fila tengo la furgoneta.


Una verdad azul

Hay algunas verdades que siempre nos vigilan,
con su cámara nueva de video aficionado.

Verdades de la calle del oriente humeante,
de la nada que nunca terminan de pasar.
De los círculos de la noche recreándose al nacer.

Para un beso continuo, las dos clásicas piernas
que vuelven al revés nuestra memoria.


Poeta

Eres mucho más sabio cuando no dices nada,
cuando sin prisas te desvistes
del pensamiento azul de las horas al sol
en la cabina de moda de los rayos uva.

Eres mucho más sabio cuando no te reflejas
cuando vuelves y naces virgen alma del mundo
limpio como el silencio contundente,
como los cielos del niño de mi corazón,
como la lluvia de los ojos de mi conciencia.

Eres la envidia que no forma
parte del juego escrito
y tú lo sabes,
de la gente tan desesperada
fuera de ti.

Eres mucho más sabio cuando vas detrás de la luna
de cualquier automóvil como si no me vieses.
Cuando al volante matas de impaciencia
o aburrimiento los reflejos del mundo,
la ciencia del asombro en la olla exprés,
la rutina que nos destruye
cuando te saltas los colores de los semáforos.

Eres más firmamento que materia,
montones de basura en las esquinas del tiempo
Eres mucho más sabio que todas las palabras
antes de hacerte niño otra vez reciclable.


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Las locuras que más se lamentan en la vida de un hombre son las que no se cometieron cuando se tuvo la oportunidad.
Helen Rowland

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Omar Darío Ruiz

-Buenos Aires, Argentina-


un solo amor no alcanza
no llena el colectivo
ni descubre una huella en la ventana

sería necesario dos vidas y media
para tener la otra parte
a filo fugaz

porque sólo la vida
es capaz de plantar el rostro
con su profunda pisada ancestral

* * *

1

me atrajo la historia en sus ojos
viene desde los inicios
hablan de objetos ancestrales
de duendes y soles
del tiempo sin medida

me gusta lo que dice
su letra su mano
el reflejo
la caricia ausente
lo imposible

ese misterio me atrae
me lleva y me deja
imán acuático
sin final
donde sobran las palabras
donde todo nace

2

este pensamiento blanco
me acribilla a cada instante
fluye
me consume

no soy yo
es mi ser perdido en su esencia
resiste
y a la vez se mata

razón del arma
a punto de suicidarse
en la otra parte desnuda

3

sacar la parte que falta
y llore diamante todo su cuerpo

darlo todo sin pena
como si volviera la inocencia
entre las piernas del deseo

entonces que brille la ausencia
reflejo equilibrista
sobre la línea subterránea

* * *

la distancia alimenta
el resorte hasta ahora desconocido
de los sentidos encontrados

tal vez sea ésta la razón
por la cuál uno extraña la imagen
que sobre la pared imaginaria
se va creando con el tiempo

o será que los dioses
parten este complejo sistema
con el afán de perpetuar la belleza

pero la lejanía no entiende
de los juegos físicos
ni espirituales


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Para toda clase de males hay dos remedios: el tiempo y el silencio.
Alejandro Dumas

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Nora Azul del Rosario Akimenco

-La Plata, Buenos Aires, Argentina-

Desilusión

Iba paseando por los negocios del centro comercial.
Como toda mujer coqueta, miraba ansiosa las prendas que exhibían las vidrieras.
Había una cantidad enorme de vestimentas de tendencia actual.
Por sus deseos se imaginaba cómo podía quedarle cada vestido, blusa, zapatos que más le llamaba la atención.
Su delirio repetía a grandes voces: lo lindo que iba a resaltar en su figura.
Presumía estar esbelta y provocativa, suponiendo las miradas de los hombres y la envidia de las damas.
De pronto, vio un hermoso traje ajustado que le vendría muy bien para una reunión exclusiva.
Se fue desafiante al local y pidió el sugestivo trajecito.
La vendedora se lo entregó y ella, convencida le sugirió probárselo.
La empleada, sin ningún recato le preguntó: “es para Ud.”, extrañada.
Ella afirmó con su cabeza. Irónicamente, la vendedora tomó la prenda y la midió en su silueta.
Amargada desapareció apresuradamente del lugar, gruñendo se dijo que ya era tiempo de iniciar la dieta…


¡Qué susto!

Estaba la dama mirándose al espejo más cansada que de costumbre. La luz del botiquín de su baño estaba arriba y por lo tanto iluminaba su rostro para abajo. De repente observó sorprendida que sus parpados caían y no dejaban ver sus ojos. Una explosión de arrugas y una especie de inflamación tapaban los contornos de sus amados ojos claros. Su mirada no tenía una presencia seductora, al contrario era una de una opacidad impresionable. Palpó concienzudamente las ventanas de sus órbitas, intentando recorrerlas para alisarlas, pero paradójicamente se inflamaban más y desaparecía el delineado almendrado hasta convertirse en unos ojitos achinados y sin pasión.
Insistiendo en recorrer sus facciones descubrió que sus labios estaban hundidos por la gravedad del peso de los años.
No correspondía a la imagen corporal que creía tener… Confundida creyó que la había picado algún insecto malicioso, o que tenía una erupción alérgica.
Se pellizcó y se hizo masajes con sus dedos intentando corregir esa figura, pero no dio el resultado esperado.
En un instante de horror, tomo conciencia de la edad que no perdona el paso del tiempo. La expresión de sus experiencias estaba marcada en surcos que parecían arrugas de vejez.
Del susto paralizante pasó en unos odiosos minutos, a ser una resignación.
Se acordó de la frase “los años no vienen solos”.
Era evidente que los pliegues de las travesuras dejaron sus huellas.

…………8/12/11

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El cuerpo humano no es más que apariencia, y esconde nuestra realidad.
Victor Hugo

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Magali Fernández

-Mendoza, Argentina-

De nuevo

No es preciso recordar a la tristeza como eximia armonía,
No es preciso emular soledades como el estado de fuerza ideal,
Que si es mejor no sentir, no sufrir por nadie
No es la vida mejor vivida la que acumula el polvo del tiempo en una hamaca tranquila.

Es la tormenta que cada día amenaza, lo que prepara la vida.
El desafío incógnito de la pérdida de valor, las defensas entregadas al amor
No saber quienes somos, sino hasta estar completos.
Nacer en cada encuentro en el secreto o en el beso público prohibido.

El camino es elegido de antemano,
el universo predestina nuestras vidas.
La misión será siempre el desafío, crecer para mutar en una mariposa que sobreviva a la escarcha.
Construir un castillo avasallado de ventanas, donde el sol inunde cada cristal.
Así puedo decir que fue encontrarte y aspirar el contraste del cielo y el mar.
Así puedo decir que me invita a amarte, como una batalla cada día
Un nuevo comenzar.
Sé que de muchas ganadas otras perdidas, y sobre el firmamento siempre
Habrá un mejor galardón.

Entendernos, libra un campo de batalla y siembra
Donde el trigo protegido crece entre la hierba fresca,
Donde los pies se entierren cada mañana y se retiren cada tarde
Dejando huellas.


Instante

Disfruta de la risa y el llanto,
como cuchillos de poesía
Espera el beso y el abrazo,
Deja
llegar el día.
Aboga por cada instante,
en que duerme el corazón
y aguarda, asaltar en carcajadas.

Solo bendecir los momentos que Dios
ha bendecido, nos hace humanos
redimidos.
No corras, ni esperes, no vendas ni vayas,
porque
La pasión de todos los tiempos,
se resume en
Un instante.

Un instante bien vivido, puede girar el tiempo predestinado,
Puede detener la muerte del alma que ya
estaba desahuciada.
Puede volverse
contra una onda sísmica de la venganza,
detenerse y perdonar.

Puede recordar, donde perdió la vida
y el calor de los huesos inertes, no importa la edad.
Un instante vivido
puede ser bendito
y fatal.

El pasado no tiene poder en el presente,
ni el futuro que intimida,
solo
Heredar vida. Libera.


*************************************************************
La tragedia de la vida no es la muerte, sino que nos dejamos morir por dentro mientras aún estamos vivos.
Norman Cousins

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Ana Romano

-Nació en Córdoba. Reside en Buenos Aires, Argentina-

Esbozo

Sobre la mesa
de un bar
apoyada
una taza blanca
de café
El aroma
acaricia la mirada
ausente
Las manos
aferran la ilusión.


Ficción

Una lágrima suspendida
en el vértice
hasta que rueda
y cae sobre el papel
Esa mirada
en los ojos apagados
exhibe ausencias
Palabras desdibujadas
circulan
La poeta calla:
y la fantasía
Las estrofas se opacan
Fisurada la magia
ya no quedan espejos
Vacía
espera la muerte.


Cautivo

Se sacude inquieto
aletea
Aun agobiado
se rebela
Mientras lo acordonan
en el intento de
aplastarlo
chilla
hiende
rasguña
Dispuesto
a salir (se)
además gime.


Añoranza

Asomada al recuerdo
emerge
tu
figura soberbia
autoritaria
desprotegida
En aridez
sembraste
diminutas semillas
La muñeca impávida
detecta
cómo llega la muerte
Despido
en cuanto salpica
un hálito de destellos.


Descartable

Arrastra
marginado
el cuerpo
La búsqueda
devuelve
miseria
El viento
entumece
¿Prosigue?
desnudo
Las ruedas pesan
e insiste
El hambre
traspasa su sombra
Sueña
con una frazada.


*************************************************************
El día más largo llega pronto a su fin.
Plinio el Joven

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María Fabiana Calderari

-Santiago del Estero, Argentina-

La venganza

Después de todo, la lentitud de la muerte es el peor castigo.
Al pecoso le bastó apuntar con precisión en una agenda desgastada: “A las tres, el cinco”. Luego me dio instrucciones para el depósito del dinero.
¿Quién podría sospechar de un muchacho de sonrisa cómoda, con el sol ensortijado en su cabellera y lleno de pecas y entusiasmo? Ni siquiera Lombroso o Ferri desconfiarían. Como yo, que también me fié de ella, de su belleza peligrosa y sus enigmáticas ausencias.
El pecoso llamó en la fecha convenida y no supe más de él.
“Hecho; con un torpe suspiro se desprendió de la vida”, dijo con una voz gutural y colgó el teléfono.
Desde ese día endemoniado me apoltroné, despavorido e insatisfecho. Creí que ante su muerte merecida, quedaría henchido de gozo, empero estoy muriéndome lentamente.
Ella sí que supo vengarse…


El descanso

La ciudad permanecía abandonada al calor agobiante de la siesta. Apenas una ligera sombra bastó para que se detuviera y abrazara la fresca ilusión de la fronda.
Tendido a sus anchas comenzó a refregarse la greña abultada.
No resisto estos sobresaltos. Este perro callejero desconoce que ya soy una pulga avejentada.


La caja

Otra vez encuentro al hombrecito sentado frente al primer escritorio. Un ligero mohín de la cabeza recostada sobre su mano derecha me indica el recorrido.
El pasillo es angosto e incómodo. Las paredes sudan. La oscuridad momentánea hace más luminosa la habitación contigua.
Cientos de papeles hacinados en mesas gemelas ocultan cientos de rostros aburridos. Detrás de una computadora que está pegada a la ventana, alguien (el monitor le tapa la cara) señala con el dedo la otra puerta.
En la galería descubro una escalera. El pasamano está desajustado, los escalones truenan y se reproducen. Entro en una oficina más pequeña. Una señorita con trenzas y faldas cortas me sonríe con amabilidad y continúa hablando por teléfono.
El gerente no está.
Galería. Pasamano. Escaleras. Palpitaciones. Habitaciones pequeñas. Pasillo angosto. Portal.
“Hgm pfrtmjl plsmtrc rrchmd”, repite con frialdad un tipo flaco que se cuela por un traje gastado. Regresaré mañana. Tal vez, algún día logre comprenderlos.


Imaginación

He extraviado mi imaginación.
Hay huellas convexas y enormes por todos lados, que conducen hacia la ventana del ático.
Temo que Dactilus, el dragón que habita fuera de la casa, haya aprovechado mi descuido.


El reloj

La piel se le escapa por la sima de los huesos, como el tiempo. La casa huele distinto. El Babo (así lo llamó por primera vez el mayor de los cuatro niños, y luego a todos se les fue olvidando su nombre) está muy enfermo. Leopoldo lo visita cuando los demás regresan a sus tareas, y el Babo es sólo para él.
Cada tarde inicia el ritual. Le sudan las manitos, arruga la frente y los párpados para tragar las piedras que le tapan la garganta. Atraviesa la puerta gris de la habitación y sonríe. Sube con dificultad a la cama, sujetándose del cobertor. Besa la nariz pálida de su abuelo y recoge las golosinas escondidas entre las sábanas. Juegan y murmuran. Juegan, murmuran, murmuran hasta que la abuela despide al niño y apaga las luces.
Esta tarde es diferente, aunque no llueve (es otra tristeza, más sinuosa). Corre, olvida el ritual, ¿para qué?, si las piedras han escalado hasta los ojos. “¿Babo?, ¿Babo?” repite. “El Babo se ha dormido” le dice su mamá. “¡Babo! ¡Babo!” insiste. Y Leopoldo comprende. Corre, corre para ver si el reloj del comedor también se ha dormido.


*************************************************************
Se oscurece el sol al mediodía y enmudece la música del alba cuando hay tristeza en el corazón.
Edward Young

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Ignacio Giancaspro

-Buenos Aires, Argentina-

Etrusco soy

Etrusco soy
… y Griego
gotas de árabe tal vez
perjuicio y regalo de abuelas violadas
lo dice mi tez
lo gritan mis ojos y mi perfil
mi ademán y mi orgullo
también mi sentir
cuando escucho guitarras…
se me eriza la piel
y cuando veo arenas
caballos
y toros
lo dicen mis hijos de cara gitana
etruscos y griegos
cruzaron mi ayer

Pueblos y pueblos
de espacios abiertos
y soles
y mar
pueblos alegres
pastores de cabras
sufridos y duros
pueblos labriegos…
la cebolla y el vino
el atún la naranja y las uvas
la aceituna y el pan
Ah!... y los higos.

De donde viene mi nombre?
de qué madeja intrincada
se fue tejiendo?
Y esta extraña arquitectura
que soy
y que no conozco?
relumbran quizá destellos Escitas
perdidos en mí
como granos de mica entre las piedras?

De donde vienen
rituales caldeos
que bailan en mi memoria
y brisas fenicias
llevando en sus barcas
cábalas y oscuras alquimias
deseosas de penetrar la materia
de transmutarla…

Y estas manos?
ensayadas y moldeadas durante siglos
ensayadas en marineros y en escultores
alfareros, alarifes y carpinteros
en hacedores de redes
y tejedores
arperos
artesanos
soñadores de estrellas
y guerreros
Manos prometidas
cuando todavía la sal
era moneda.


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Es un error vivir el presente como si sólo fuera el prefacio de la bella novela del porvenir. El presente se ha de usar y gozar.
Noel Clarasó

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Victoria Servidio

-Cosquín, Córdoba, Argentina-

Podrías
rescatarme del adiós
que suspira atardeceres
festejar mi desnudez
cubrirme
con tu cuenco…

sería umbral
lujuria
desatino
paz
amarre
partida


Se hizo la noche
cayó la noche
me desplomó
la noche
sobre
el andamio
de la palabra
la traspaso


Porqué cargar la culpa
de los tiempos
…………los tiempos
no vividos de los otros
si viví los míos
hasta en relojes mal usados

porqué cargar
………………derrumbes
………………ajenos

si de cada foso
como ave fénix
le saqué chispas a mis cenizas.


Me resisto pensar
que perderé la ola
ser cresta en el arco
zarandearme en espuma.
simular el naufragio
tras del estrépito
fundirme en la roca …


Artimañas
soliloquios
aullido
de los lobos
en la penumbra
paraliza los latidos

luz
bienhechora
rescata del abismo
frescura, manantial
brebaje de energía.


Porqué la herida
dónde está el arma

porqué el dolor
horadando el hueso

dónde está
el verdugo.

será la vida
la mía vida
la tuya vida
las todas vidas.

esta vida
que duele tanto!!!!!!!


Poemas del libro De mí, diciembre 2011. Editorial El copista, Córdoba, Argentina

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La vida es lucha y tormento, decepción, amor y sacrificio, atardeceres de oro negro y de tormentas.
Sir Laurence Olivier

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Oliver Robertt

-La Plata, Buenos Aires, Argentina-

Lo vi partir, pero…

Estaba en la playa y sus ojos ya desgastados por el tiempo le demarcaban el mar a su frente como si fuese plano, sin ondulaciones, y sólo sentía que estaba vivo porque el rugir de las olas lo inquietaba.
En un instante, su hijo que le hacía compañía, le pidió permiso para alejarse y con el agua refrescar su materia.
Otras veces en su vida, y en tiempos muy allegados, sintió la soledad, pero en ese instante, el actual, el más fuerte en que lo impregnaba de perfumes extraños sin poderlos identificar, comenzó a sentir como una aguja que penetraba en su pecho, y al parecer un puñal caliente lo ofuscaba, le paralizaba la respiración, y encrespó sus manos. Un grito quedó adormecido en su garganta y el hijo, que entre las olas y en la distancia estaba, justo lo observaba percibiendo el mal que aquejaba al padre; salió de las aguas y luchando contra la arena se aproximó lo más rápido que su cuerpo le permitió.
El padre, entreabriendo los ojos, murmuró en un bajo decir:
- No dejes que la presencia de la soledad sea en este momento mi compañera. No permitas que tu rostro se contraiga ante mi partida. Piensa sólo que después de mi largo caminar estoy a sentir el momento más feliz, aquel que me brinda tu mano, la expresión de tus ojos y el silencio que guardas en señal de respeto para no dejar de escuchar el último de mis suspiros que están acompañados de las palabras que dicen que tú, con la presencia, en éste mi momento, conforma el marco perfecto para una partida en paz. Lanza al viento mis cenizas en una playa solitaria, y recuérdame como aquel que te amó y permitió que crecieras sin grilletes y que tus firmezas fueran visibles sólo con tu presencia. Recuérdame siempre; y que el tiempo, que todo lo puede, permita algún día que nos volvamos a encontrar. Hasta pronto.
Cerró sus ojos; exhaló. En ese instante, sobre el rostro del hijo rodaron las primeras lágrimas que con esfuerzo había contenido.

……………21/08/2009

* * *

Mirando hacia atrás

Cae la lluvia suavemente,
moja mi rostro,
se desliza cuerpo adentro
como un viajante misterioso
que trata de descubrir mis silencios.

La calle solitaria
y las pocas hojas
llevadas por el viento,
transportan también mis tristezas.

Cuántos recuerdos.
Cuántos alientos.
Cuántos pensamientos en cada reja.
Te miro,
calle de mi niñez,
como si fueras
un fantasma que despierta.

Y en los balcones dormidos,
en las flores que se muestran,
quedan los pensamientos vagando,
acariciándote con extrañeza.

Yo sé,
que volver al pasado
no es sano.
Y que buscar
el tiempo que partió
es imposible y extraño.

Pero quiero olvidarte
por última vez,
y decirte:

…………"Yo te guardo fuertemente
…………en todo aquello
…………que pueda mostrar como idea.
…………Y has marcado,
…………paso a paso,
…………mi crecer
…………que tanto tarda y no despierta."


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El milagro del amor humano, es que, sobre un instinto muy simple, el deseo, se construyen edificios de los más complejos a los más delicados sentimientos.
André Maurois

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Pedro Sevylla de Juana

-Nacido en Valdepero, Palencia. Reside en El Escorial, Madrid, España-

De la igualdad entre los hombres

En los remotos tiempos, el Dios de las Cosechas,
cuando no existía aún la especie humana,
de cada región deshabitada de la Tierra
recogió el grano cereal que cultivaba.

Sumó el arroz al trigo y a la avena
el maíz y el mijo agregó al centeno,
semillas de todas procedencias
llevó al molino más de ciento,
harina tamizada en uniforme mezcla
amasada y sometida a vivo fuego
hasta tostar por completo la corteza.

Del resultante pan recién cocido
un pedazo retornó a cada comarca
del que proviene el hombre primitivo
igual composición, distinta traza.

Sea faz el hombre o sea espalda
rígido cuscurro o blanda miga,
el color es lo único que cambia
la sustancia humana no varía.

…………………………………Del poemario La aldea itinerante


El hambre y el hombre

Hambre
hambre,
hambre;
dos sílabas apenas
y truncan el devenir del hombre.

Agente o paciente
ahondan la escisión del hombre
borran los caminos del hombre
desangran el corazón del hombre.

Tan sólo dos sílabas
y desdicen
invalidan
desautorizan
rechazan
anulan
niegan al hombre.

…………………………………Del poemario Disidencias

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Todavía es cierto que el hombre es más singularmente humano cuando convierte los obstáculos en oportunidades.
Eric Hoffer

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Norma Núñez

-Buenos Aires, Argentina-

Plegaria del ángel entristecido

Ángel,
hoy no alegré tu día, lo sé.
No fui el escándalo de luz en la avenida
ni las campanas del aire,
ni el desparramo de color
en marcha mariposa cerca del sol.
Perdón,
hoy no herí de risa a la muerte como tantas veces.
No festejé el rocío, ni canté la lluvia.
No me detuve ante el diente de león para pedir deseos.
Ni me enamoró el jazmín abierto para mí.
Hoy no soy el fogón, el abrigo, el pan y el vino.
Lo siento
hoy soy más mortal que nunca.
Estoy herida no ves? O solo confundida.
Será por eso, tal vez, no sé…
Que olvidé que el hierro de mi sangre
fue forjado en las estrellas.
Que el centro de mi gravedad no es tan grave.
Ya que no alegré tu día.
Podrías venir y sentarte conmigo en el último escalón de la escalera?...
Estamos los dos tan tristes
que bien podríamos hacernos compañía…


Mariposa de luz

Sentada en el sillón, dije:
Hay una mariposa de luz
sobre tu zapato.
Y un hilo del tiempo
me llevó por el filo del espacio
hasta un patio con jardín y vi.
Una nena
jugando a comandar
una tropa de hormigas.
Avanzar hacia el rosal ahora!
Y con un palito tratar de llevarlas.
Y no.
Descubrir que las hormigas
tienen ya su propio general,
no obedecen órdenes ajenas.
Danzar y girar entre los jazmines
y parar de golpe
como una mariposa de luz frente al farol.
Y otra vez
en el hilo del tiempo
por el filo del espacio
devuelta al sillón
donde la gente hablaba y hablaba…
Y siempre
la mariposa
en el hilo del tiempo
al filo del espacio.
Traspasa niveles.
Visita otros mundos.
Llevándome en su ala de luz.


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Son nuestras decisiones las que muestran lo que podemos llegar a ser. Mucho más que nuestras propias habilidades.
J. K. Rowling

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Rubén Vedovaldi

-Capitán Bermúdez, Santa Fe, Argentina-

Idénticos

En un cruce de calles peatonales se encuentran cien hombres tan parecidos entre sí en tamaño, en rostro y en vestir, que al verse a la cara cada uno olvida su nombre y apellido y su propia historia y comienza a preguntarle a otro y a otro:
¿Quién soy? ¿Quién es quién?
Pero nadie logra responder y todos huyen hacia los cuatro rumbos de la ciudad buscando a alguien diferente Y no encuentran a nadie y desesperan hasta que a uno se le ocurre preguntarle a otro:
- ¿Si no fueras quien eres, quién te gustaría ser?
Y todos piensan en otra persona hasta que se transforman en esa otra persona, pero esa otra persona es la misma en todos.


De suma y resta

El profesor le pregunta a la adolescente enamoradiza:
-¿Cuánto es un pájaro más una pájara menos un beso de amor?
-Un pájaro más una pájara menos un beso de amor …no son nada.


Pesca insólita

Un hombre arroja su caña de pescar al río y pesca una máscara idéntica a su rostro y se la pone y le queda tan bien que nadie se da cuenta.
Por la noche llega a su casa, cena y se va a dormir y se quita la máscara y la deja sobre la mesita de luz junto a la cama y se duerme boca abajo.
Entra su mujer y lo ve dormido. Ve la máscara en la mesita de luz y se muere del susto.


Número humano

En el futuro cada número llevará un hombre a sus espaldas
Y ese hombre dirá quién es el número y la aritmética se volverá humanística.


Mercado libre

Envolver cualquier excremento pintado en el mejor papel de regalo, hacerle el mejor moño y arrojarlo por la ventana publicitaria al son del jingle.
La historia es un slogan publicitario.
La ciudad, el mundo, todo es un mercado cambiario de cualquier cosa
Hay que arruinar la producción de la competencia
No hay más dios que el mercado y la publicidad es su profeta.
La propaganda multiplica panes y peces en el desierto
La publicidad convierte a la piedra en pan y al agua podrida en el mejor vino.
La publicidad enceguece a los que tienen ojos para ver y ensordece a los que tienen oídos para oír.
La publicidad mata a los vivos y resucita a los muertos.
Aún cuando todo lo que existe sea la Nada y no algo, hay que envolver esa Nada en brillante y colorido papel de regalo, cantar el jingle y arrojar esa Nada por la ventana publicitaria.


Moraleja en pregunta:

¿Qué vale más, una piedra preciosa o un ser humano precioso?


Del libro Sin cuenta mini cuentos, 2011. Editorial Ciudad Gótica, Rosario, Santa Fe, Argentina

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Si nosotros somos tan dados a juzgar a los demás, es debido a que temblamos por nosotros mismos.
Oscar Wilde

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Simón Zavala Guzmán

-Guayaquil, Ecuador-

El Espejo

Sé que nunca he estado aquí
ni que nunca he llegado
el rostro de este muelle ha mirado
mi vida con compasión
detrás de esta marea hay reposadas playas
donde anclar
navío tras navío he crecido entre puertos
sintiendo las ausencias
náufrago empecinado de tantas travesías
he vuelto a revivir
he vuelto a ser silueta
sombra sangre y epidermis.

Bebo una cerveza frente al muelle
bebo otras
me caen las nostalgias de una mujer
durmiéndose en mi pecho
de qué color es su piel dice mi insomnio
dónde está su pequeño volcán
para hundirle mi fuego
las vidas que atravesé saltan cruzando
el tiempo
otra memoria nace entre las arrugas de la vida
la ciudad comienza a despertarse de su
sopor de madrugada
la calle es una larguísima cadena de
recuerdos e ideas
trastabillan mis huesos
miro a la muerte en medio de la niebla
y siento que en mí se rebelan
todos mis cadáveres
que están todavía con su sangre tibia.
Me levanto de esta nueva caída y veo que nadie
habita esta desconsolada vía
que no existe este puerto ni este muelle
y que yo aún agonizo en otro tiempo.


Revelación del sueño

El estallido virgen de tu luz
enciende mis sentidos
anunciada caricia manantial que irrumpe
dulce la sílaba que crece
desde otra edad feliz donde el pasado
es de uno
y el tiempo no se agota
tierno es el verbo y carne la palabra
que sepulta al olvido.
Te amo más allá del verso que me
empuja al éxtasis
y del deseo de existir en ti fresca
caricia leche del corazón para la nueva
era del amor
para el suceso de encontrarte
refugio de inocencia
para mi sed de hablarte
con todas mis memorias.
Te amo fuego de otro lugar
que hay que inventar ardiendo
júbilo de una nueva nostalgia
la sangre es más profunda
cuando el milagro del amor se cumple
no importa si es sólo esa
ilusión que nace en el azar de hoy día.
Déjame sólo estar en tu recuerdo.


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Uno no sabe nunca lo que resulta si las cosas cambian de repente; ¿pero sabe uno lo que resulta si no cambian?
Elias Canetti

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Lydia Pistagnesi

-Banfield, Buenos Aires, Argentina-


Escribo:

Porque la alegría invade mis horas
y nació conmigo con mi primer llanto.
Porque desde niña hice poesía,
y seguí esa ruta dibujando sueños
que fueron creciendo después, con los años.

Hoy:

Las hojas secas de aquel calendario,
marcan un regreso con más experiencia,
alegría, risas, dolores, ausencias.
Dejo que la brisa lleve mis palabras
a tierras lejanas.
Tal vez una playa recoja mis versos
y un alma sensible junte los retazos,
ensaye palabras
y en mentes abiertas arroje semillas,

¡Para que otros puedan hilvanar palabras!

* * *

Me robaron las ausencias.
La esperanza
de pintar amaneceres.
La frescura de la casa
donde habitan mis fantasmas.
Han quedado allí,
abrazados a la tenue luz de luna
que se filtra
por los huecos del misterio.
No me queda
ni el rocío de la aurora
acunando mis recuerdos

Dios………

Ya no escucho sus pisadas.

* * *

Guardé tu recuerdo
en los bolsillos del tiempo.

Ahogué tu nombre
en amaneceres de nostalgia.

Viajé verbos
sin conjugar la palabra amor.

Te descubrí
entre los fragmentos de mi agonía.

Tatué
tus iniciales en mi corazón

Y deposité flores
sobre una lápida vacía.

* * *

Amordacé mi corazón
tratando de olvidarte.
Ahogué tu nombre
en amaneceres solitarios
y almohadas empapadas de llanto.
Caminé sobre melodías desafinadas
en pentagramas sin auroras.
La tempestad
sacudió mis límites.

Comprendí………

…………… ¡¡¡Ya no existen espacios
…………………para tu recuerdo!!!


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Tu manera de ver la vida es la mejor manera de cuidar de ti mismo. Tu perspectiva es lo que te hunde o te levanta. Y la actitud es algo que podemos elegir.
Spencer Jonson

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Carmen Rosa Barrere

-Nació en Posadas. Reside en Montecarlo, Misiones, Argentina-

Seres pequeñitos

Con el cambio de casa, mis ojos descubren con una lentitud casi parsimoniosa los encantos que mi reencuentro con la naturaleza me ofrecen. Mi primer enamoramiento fue con el árbol de aguaribay añoso, que desciende casi hasta la puerta de entrada, pobladas sus ramas de hojas pecioladas que me acarician como al descuido si hay sol, o me sueltan diminutas gotitas si ha llovido. Enfrento enseguida, detrás de los arbustos y macetones con flores, el bosque donde termina la propiedad. Ahí brillan con el sol naranjas doradas, pomelos gordezuelos y árboles solemnes que se vestirán de amarillo o de lila para la primavera. Si camino entre ellos en silencio, percibo que me observan con atención. ¿Seré una depredadora, o una amiga? Para que me conozcan froto sus troncos, enderezo alguna rama, o simplemente murmuro mentalmente: “amigos, yo los amo”.
Al llegar el momento infalible de tomar una siesta en estos climas y a través de la reja que limita la propiedad con el vecino, la enredadera que se trepa e invade mi patio haciendo sonar sus campanillas de colores, es visitada por ladronzuelos que a veces alcanzan los cinco centímetros y pesan solamente dos gramos. Para su tamaño, tienen picos y lengüita larga, y resulta sorprendente la agilidad de su incesante batir de alas donde el arco iris luce toda su gama de colores. Vienen solos, o en pequeños grupitos. Trabajan con la misma celeridad con la que vibran sus alas yendo de atrás hacia delante, o a la inversa y estoy muy cierta que las hembras, luego de libar el néctar, raudamente, se dirigen a los diminutos nidos del tamaño de una nuez, que han armado en sitios protegidos trasladando fibras muy livianas, trocitos de musgo y telaraña donada desde un tronco casi seco. Avecillas implumes muy hambrientas, aguardan el milagro de recibir el alimento de las diminutas madres, repitiendo idéntico amor que el de un humano.
Por estos días, a raíz de haber sido aceptada por la magia de este universo que no tiene desperdicio, me han surgido unas preguntas: ¿Existirá un cementerio para colibríes? ¿Viven mucho tiempo? ¿Cómo soporta su ínfimo corazoncito el esfuerzo de ese volar sin pausa?
Debo preparar mis cuadernos para hacer entrevistas a los gnomos de camisetas rojizas que espían desde los troncos donde viven las orquídeas; esperar el calor para que las haditas que bordan guirnaldas de colores durante el estío me reciban, porque ahora, con el frío y mientras atizo los leños de la estufa, la voz que me saluda, crepitando y contoneándose en gráciles espirales, es la de las salamandras.


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Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras que el género humano no escucha.
Victor Hugo

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Don Ramón de Almagro

-Buenos Aires, Argentina-

Tu Espalda

………………………………dedicado a mi esposa Doña Elsa

Tu espalda es mi descanso mi sosiego,
es la calma después de haber amado,
tu espalda es un refugio donde llego
a lamer mis heridas, angustiado.

Tu espalda es taller de mi poesía
por las noches que paso desvelado,
tu espalda es el fin de cada día,
con el sueño y un beso ya cansado.

Y si todo se me hace cuesta arriba,
si la vida se ensaña con mi vida,
más que nunca tu espalda es necesaria.

Pues si es dura la mano del destino,
tu espalda es el altar donde me inclino
para llegar a Dios… con mi plegaria.


Que yo hablo solo

¿Qué yo hablo solo?
No me digan eso.
Es que soy poeta
Yo vivo buscando
Que rimen mis versos.

¿Qué yo hablo solo?
Es que soy un viejo
Y los que escuchaban
Se han ido tan lejos
Y los que vinieron
A ocupar sus puestos
Casi ni me hablan,
Hasta me tropiezan,
Andan apurados
Con todas sus cosas
Y yo de tan lerdo,
Siento que molesto.

Que yo hablo solo,
Yo nunca hablo solo.
Hablo con mis viejos,
Con todos los míos,
Con tantos amigos
Que ya se me han ido.
Y ellos me escuchan.
Porque ellos no corren,
Porque ellos me esperan,
Porque están conmigo
Aunque no los vean.

Que yo hablo solo
Será…
Será porque rezo,
Debe ser por eso,
Será porque rezo,
Y al mover los labios
Pensarán que hablo,
Debe ser por eso
Será por mis rezos
Y que soy poeta,
Si vivo buscando
que rimen mis versos.


En Vela (la Madre)

Cuando un ruido de llaves
le diga que ha llegado
el más rezagado de los hijos, por fin,
cesará en sus rezos,
sonreirá tranquila
y ahogando un bostezo
buscará dormir.

sabes porqué ahoga el bostezo, para que el padre no se vaya a despertar,
sino seguro que grita, qué hora de llegar este hijo de puta


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Ama tu verso, y ama sabiamente tu vida, la estrofa que más vive, siempre es la más vivida.
José Ángel Buesa

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Martín Giovio

-Chacabuco, Buenos Aires, Argentina-

Respiro profundo

Valorar cada segundo que tiene cada latido,
Disfrutar de la lluvia, del sol y de la noche,
Aprender de las paredes que miran y escuchan,
Sentir los sentidos y detenerse a ver como todo corre
Como el agua en el río…
Huir detrás de esa luz que se va apagando,
Mirarse al espejo y verse tal cual, idéntico,
No buscarle las formas, ni las vueltas, tendrá su porqué.
Andar por sobre el mapa, conocerte, conocerme,
Pausar el apuro de esta sociedad en apuros.
Recostarse sobre el aprendiz de la naturaleza,
Recordar los recuerdos que nos alimentan,
Solamente ver el cielo, naturalmente cierro los ojos y te veo,
Pegarme sobre vos, inhalando tus sueños,
Después alguien quizás vendrá o no,
Antes ya no lograba entender el que dirán.
Intentar sonreírle a los escalofríos de los ausentes,
Aunque no siempre lo logre… ¡voy a sonreír!
No obstante, derramaré mis lágrimas desechando al olvido,
(Mi pecho se infla y se desinfla)
Ando buscando un mundo mejor.

……………23/08/11


El Sueño Más Perfecto

Hoy desperté sin saber,
No entiendo cómo es todo, pero estoy bien,
Tu mirada indica lo que nadie esperaba.
Un ángel te dejó aquí para que no lo extrañaran.

Tanto amor dando vueltas,
Caricias durmiéndome y llevándome,
Llevándome a ensoñar lo que nunca jamás veré.
Un sol, una luna, y un resplandor (que sos vos) guiándome.

Ojos entristecidos te hablan,
Con tu paz los llevas a otro viaje fuera de la nada.
Bienvenidos a otro mundo,
Distante del dolor, imantado a su voz.

Dónde estarás, ¿serás una estrella reflejada en el mar?
Sos la genia esperanza del vivir,
Sos el sueño más perfecto que se puede soñar.
La dulzura de un llanto se tiñe con una sonrisa que ríe muy lejos de acá.


Aventura gris

Como voy a poder,
No, no puedo explicar
Lo que siento cuando te veo,
Lo que siento cuando no te tengo.

Cada poesía tendrá su historia
Y cada historia poseerá su poesía.
¡Cuanta falta me hace tu voz!
¡Vos cuanta falta me hacés!

Justo a ti
Mi estrella abrazo,
Todo lo cautivado
Mágicamente explotó de mi interior.

Una aventura gris,
Un territorio que mi corazón no conoció,
Mi inspiración domina mi visión,
Mis pasos no caminan (con sentido) sin vos.

La ilusión se trastorna,
Delira pero continúa,
Y lo que no conozco, tal vez exista,
Pero lo que está, tal vez no exista más.

……………25/12/07

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No está marcada en ningún mapa: los sitios de verdad no lo están nunca.
Herman Melville

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Alberto Fernández

-San Antonio de Padua, Buenos Aires, Argentina-

La misma vara

De jóvenes se amaron. Ella consintió esa relación a pesar de saber muchas cosas de él, de su pasado; por ejemplo que en su familia se repetían conductas. Su sometimiento lo traía entre sus genes. Él despreció muchas veces su calendario femenino. Amo no siempre se conjuga como amar. Era dueño de las decisiones; si fuera cambiar una flor rosa por una amarilla lo imponía con sus gritos y sus gestos impulsivos. No sólo en actos sino también en pensamientos. Todo se agravó con los años; más todavía cuando el alcohol le recrudecía su villanía.
Colgó en la pared una vara y con sólo blandirla infundía en ella el miedo al castigo; su carácter de dominada lo aceptaba con llanto y dolor. Cuando llegaba la tortura dejaba improntas en su piel blanca y aún joven. Entonces obedecía primero y luego se refugiaba en su cuarto. Dormía un largo sueño reiterado. El cuchillo entraba por el vientre una y otra vez hasta que sus ojos se cerraran para siempre. Ningún agente de policía golpeando su puerta, ni muñecas esposadas. Ausencia de gritos de auxilio; sin periodistas, tampoco jueces y cadenas perpetuas. Cuando despertaba, sentada en la cama, esperaba la presencia de un nuevo sueño.
Un día, en medio de esa visión, oyó un grito verdadero. Era él que, convulsionado, pedía la presencia de un médico.
Recetas, medicinas, dietas y un sillón de ruedas. Para siempre inmovilidad de brazos, piernas y una boca que casi no modulaba palabras.
Con sonidos irreconocibles pedía comidas, limpieza de sus inmundicias. Ella, la sometida, lo hacía, pero por cada atención blandía la vara que colgaba en la pared y le aplicaba un idéntico recuerdo de los que todavía figuraban en su piel. Se purificaron sus sueños para siempre.


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Siempre se repite la misma historia: cada individuo no piensa más que en sí mismo.
Sófocles

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