miércoles, 13 de junio de 2012

Aníbal Albornoz Ávila

-Poeta de La Rioja. Reside en Santa Cruz, Argentina-

Aroma de la perduración *

¿y qué es el mito?
¿Acaso es la piedra que habla?
¿Será la usanza del barro?
¿Es un sueño de guardar?

¿Qué es?
¿Es la raza del grano que habla
en las alturas?
¿Los rostros del tiempo?
¿Un polen?
¿Un sol a decir basta?
¿Una luna a mitad del corazón?
¿Las estrellas en el menguante
del rocío?
¿Qué será? Me aparezco preguntando,
con los siglos creciendo a mis espaldas.

¿Acaso es el tiempo de la eternidad
a voluntad de un pueblo?
¿Es el agua de la oralidad?
¿El mineral?
¿Será la morada de la aurora?
¿El cántaro de la sombra húmeda?
¿Una comida en la vida de la mesa?
¿Qué será?
¿Será acaso la obsidiana?
¿La madera del tarko?
¿Será un río?
¿La siembra?
¿La aridez?
¿Una siesta con sombrero?
¿Acaso el cereal decapitado?
¿Un volcán?
¿Una montaña acaso?
¿Qué es? Me aparezco preguntando.

Y lo que se sepultó en el viento,
animal y anchura, me dice:
¡Divinidades!

Es entonces que me aprieto el alma
con el aroma de la perduración.

...................... * Poema musicalizado por Ramón Navarro (h)

………. * * *

Escena de Óleo de una flor torrencial
Canta Caetano Veloso, Capullito de alelí

Michelle: (Interrumpiendo mohína) ¿Y mi propósito? Llegué a esta cama sin querer…
Frida: Yo también llegué a estas sábanas sin querer. ¿Cómo se llamaba esa canción que tanto me gustó?
Michelle: Jamás lo supe. Cuando la canto vuelan ideas por mi pensamiento. Eso no me ocurre con otras.
Frida: ¿Era yo la depositaria? (Con alegría) Tus ojos me miraban con ese americanísimo…murmullo. Escuchaba tu canto y oía tus ojos. (Acercando la cabeza de Michelle con suavidad) Déjeme que la peine… que cepille ese cabello de ángel… (Pensativa) ¡Ah, recuerdo que tañía tu sangre indisimuladamente!
Michelle: Hablemos entonces de nuestros propósitos.
Frida: Adivine, niñina.
Michelle: ¿Qué cosa?
Frida: Cual será el primer propósito.
Michelle: ¿Lo ha decidido?
Frida: (Con una sonrisa) Pueden ser las dos al mismo tiempo. Para qué invalidar una u otra.
Golpean las palmas de sus manos en una acción de acuerdo.
Michelle: Bien pensado. Lo que no entiendo es el dibujo en mi rostro…
Frida: Una flor… (Dibuja en el aire) Una flor.
Michelle: ¿Pensó eso? ¿Una flor?
Frida: Que baje desde sus pómulos como un rayo…
Michelle: O un torrente.
Frida: Es cierto, una flor torrencial.
Michelle: ¿Morirá? ¿Se marchitará? ¿Envejecerá?
Frida: Adivine…


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Quien no vive de algún modo para los demás, tampoco vive para sí mismo.
Michel de Montaigne

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