jueves, 5 de julio de 2007

Olga Ravelli

Pueblo sin nombre

…………… “En un inmenso mar de fuego se ha perdido la dicha”.


Decidí dejar
mis intentos de buscarte.
Decidí no esperarte.
No sé si mi paciencia me sostenga.
No me imagino entre tejidos
como la fiel mujer de Ulises.
En la distancia de tus textos quisiera encontrarme.
Estar en alguna línea de tu último poema.

Este es un amanecer sin canciones.
Sin velas consumidas.
Sin copas vacías de buen vino.
Es una madrugada sin tu brazo encadenando en mi cintura.
Sin tus rodillas agazapadas en mis muslos.
Sin besos consumados.
Y me bebo los recuerdos para que mi boca no se seque.

La cama es un pueblo sin nombre.

He pasado la noche, pacientemente.
Vi un rayo de luz que entró por la ventana.
Recordé la primera vez que nos amamos,
cuando atravesándose entre los dos,
el haz de luz se acomodó en la almohada.
Me veo caminando en la soledad de tu abandono.
Abrazo mis rodillas y me sueño a mí misma.

24 de marzo de 2005
Aniversario 29 del golpe del 76.
Vamos por otra cosa.
Epígrafe de Juano Villafañe (Quito).


El terremoto de San Juan

Cuando parpadea, siente que algo tiembla,
así como los sanjuaninos se dan cuenta cuando un movimiento sísmico les pasa por debajo de las piernas,
él sabe que así
puede causar un terremoto.
Por eso, ni piensa en llorar.

Acurrucado, se la pasa mirando de reojo
la pared manchada de graffitis obscenos, y algunos bastante patéticos. Podría quedarse parado, mucho tiempo
hasta que algún trasnochado se decida a dibujar sobre su cuerpo
grandes manos
para que le acaricien la cara.
Tan sólo quedarse sobre el reflejo del sol
a esperar que alguien se le anime.
Al revolcarse en su cabeza esponjosa de molusco siente que no tiene venas, y por extensión, nada de sangre.
Está sin el contenido necesario que lo redima en un poema
y se queda mirando el sol que tampoco le descubre una cursilería como para ir ganando algo de tiempo.
Si fuera menos cobarde
sus poemas se transformarían en graffitis
y el papel sería esa pared descascarada
y meada por los perros
y por algunos hombres sin techo ni baño.

Piensa, y piensa que es poca cosa.
Nada que valga la pena denunciar poéticamente en una pared sucia, quiere salir de su cabeza esponjosa de molusco.

Destino cruel
no ser un caracol,
no comer flores en la terraza cubierta de begonias
no tener una casa con el caparazón de vitroux
ni manchas en el lomo como una vaquita de San Antonio.
Destino cruel y ¿por qué no? merecido
si es que merecer sea recibir un golpe.
Un golpe bajo,
o alto, a flor de piel,
y ¿para qué?
Cabeza esponjosa de molusco.

Y tener miedo de llorar pateando contra una pared orinada porque
todo se puede desmoronar
como en el '44 en la Provincia de San Juan.


15 de enero de 2007
En la noche del 15 de enero de 1944 los sanjuaninos fueron sorprendidos por un terremoto que en pocos minutos, destruyó casi toda la ciudad. El sismo provocó la muerte de 10.000 personas.
Para Álvaro Ardao



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Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca.
Jorge Luis Borges

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