jueves, 1 de febrero de 2024

Editorial


con voz propia Nº 131 

Revista literaria 

Febrero 2024 


Propietaria – Editora – Directora: Analía Pascaner 

Publicación creada en noviembre de 2006 
Distribución y publicación gratuitas 
ISSN 2314-0275 




Sé una lámpara, un bote salvavidas o una escalera. Ayuda al alma de alguien a sanar. Sal de tu casa como un pastor. 
Rumi 




Percepciones diversas 

Tres cantantes de ópera estaban ensayando en el teatro y de pronto, un ruido molesto vino a perturbarlos. Resulta que un obrero estaba en una reparación y martilleaba sin descanso en otra parte del teatro. Trataron en vano de concentrarse en su canto y al fin decidieron ir al lugar del ruido y silenciar al intruso. 
Se pusieron de acuerdo y pidieron al barítono que hablara en nombre de todos pidiendo respeto y silencio. Éste, ya de camino, iba preparando sus razones para pedirle al otro que se fuera y no los incomodara. Al acercarse, el obrero lo vio, se bajó de una escalera y antes de que el barítono hablara le dijo: “¿Saben una cosa? Por mi parte no hay ningún problema, sigan gritando, que a mí no me molesta”. 

Gonzalo Gallo González 
Medellín, Colombia




Encuentra un lugar dentro de ti donde haya alegría, y la alegría vencerá al dolor. 
Joseph Campbell 



Revista literaria con voz propia 
ISSN 2314-0275 
Propietaria: Analía Pascaner 
San Fernando del Valle de Catamarca 
Catamarca – Argentina 
Las expresiones derivadas del material literario aquí publicado, son de exclusiva responsabilidad de cada autor. Analía Pascaner 



Ten plenamente en cuenta las excelencias que posees, y con gratitud recuerda cuánto las desearías si no las tuvieras. 
Marco Aurelio


Autores publicados


Quizás el acto de resistencia más radical ante la adversidad sea vivir con alegría. 
Ari Honarvar 

con voz propia Nº 131
Revista literaria 
Febrero 2024 

Autores publicados en esta edición


Autores publicados desde inicios de la revista con voz propia:
Las expresiones derivadas del material literario aquí publicado, son de exclusiva responsabilidad de cada autor. Analía Pascaner 

Revista literaria con voz propia 
Publicación y distribución gratuitas 
ISSN 2314-0275 
Propiedad, dirección y edición: Analía Pascaner

Eduardo Dalter

Epigramas para olvidar un día 

Tu amado llega 
en la madrugada a la estación 
casi desierta, enciende un cigarrillo 
y mira la hora. 

Los perros duermen 
sobre cartones, bajo el largo alero, 
o debajo de los bancos 
vacíos y entre sombras. 

Será un día prometedor, 
se dice pensativo y echa humo 
mientras recuerda 
haber cruzado el puente, 

recuerda haber cruzado 
la noche, la alta noche, 
con camiones abandonados 
en playas de cantinas y de hostales. 

La historia lejana se repite, 
pero nunca es ni será la misma, 
decimos mientras va clareando, 
y el tiempo lento nunca cesa, 

cuando vos acaso ya estás 
en camino y preferís recostarte, 
estirar los pies y cerrar los ojos 
o ver la carretera un momento… 

Todo respira, palpita, todo va 
al encuentro, en lo que será 
un día una historia lejana 
que nadie jamás sospechará. 

Buenos Aires, 24/25 de abril 


Alfombras 

No toques por favor el alfombrado de la vida, 
no lo toques, no lo toques,
y no intentes acomodarlo ni levantarlo un momento, 
porque es muy probable que te aparezca 
un cuerpo que aún no pudo cerrar los ojos 
y algo así como un río infecto de papeles amarillos… 

Buenos Aires, 24 de marzo, 2020 


Olvidada mar de las horas 
(o una especie de ciega guerra silenciosa) 

Es como si se estuviera en un bote frágil, 
sin avanzar, sin retroceder, y sin oleaje, 
casi sin antes, sin después (o sin ahora) 
y olvidado del mundo, desentendido 
y extrañamente tenso y opaco a la vez, 
flotando, flotando, sólo flotando, 
lejano de toda orilla y todo puerto, 
divisando, sí, recordando historias íntimas, 
pero que parecen de otro mundo, 
desparramadas, descoloridas o disueltas, 
y unas pocas aburridas de haber sido, 
mientras se oyen ecos extraños de muy lejos, 
y temiendo en una hora y otra, o quizá minutos,
la irrupción del gran oleaje oscuro, 
ése que viene a dar el frío abrazo, 
lejano de todo dios y toda luz como testigos… 

Buenos Aires, julio, 2020 


Del álbum personal 

Los poetas me empujaron, con sus dulces de zapallo; 
me empujaron, sí, y me cercaron con sus mieles surrealistas 
y sus guindados prolongados, lentos y asombrosos; 
juro que yo no quería porque también traía mis cadencias, 
mis diapasones jubilosos donde crecían corazones
entrañables de baldío y de alambradas oxidadas 
bajo el velo de la llovizna y de los ensueños matutinos; 
yo también traía bajo el brazo mi Xavier Villaurrutia y mi Neruda 
y un bolsillo grande para Vallejo y para Whitman; 
pero llegó la oscuridad y cayó la noche con sus bocas 
y escuché atento sus ladridos y crujidos, 
sus gritos silenciados y su murmurar de madrugada, 
y me encontré solo, con un lugareño callado 
y espantado, y otro que gemía con las manos en la cara; 
y soplaba el viento y silbó por años, años 
(espero me hayas entendido y tomado el viejo anís que te convido); 
pero es verdad: los poetas me empujaron 
con sus dulces de zapallo y mermeladas; 
me empujaron y rodearon con sus mieles surrealistas 
y sus cintas y moños desplegados en sus puertas, 
mientras truena, y se oye bien que truena, truena, 
en la hora pico de sembrar e intentar caminos para el hombre… 


Del poemario del autor: Concierto de los olvidos. 13 poemas (2018 - 2020). Rosario, octubre 2021

Eduardo Dalter 
Buenos Aires, Argentina 

A falta de perdón, deja venir el olvido. 
Alfred de Musset

Ana Romano

Infancia 

Adueñándose de la cocina 
los limones 
despliegan aromas 
pepitas crujientes 
en la bandeja 

Un vientito atempera 
las hoscas ventanas 

Infancia y fastidio 
en esta mañana de domingo. 


Amparo 

Recortada se retuerce 
gira 
la bufanda color vino 

Chapotea una pareja 
en el adoquinado 

Revolotean los rizos 

Amparo 
reacomoda
lanas 
heredadas. 


Ella… 

Próxima 
la terquedad de la lluvia 

Enmarcada en la puerta 
se arrincona 

ella y sus bolitas de naftalina. 


Alfombra 

Las pinzas 
perforan el mosquitero 

Evoca transparencias 
la blusa escarlata 

En el antifaz 
hilvanes 

y
los alfileres en la alfombra. 


Violetas

El ombligo presiona 
el vientre negado 
los párpados clausuran 

Danzan alfileres 
se escurren 
en la despedazada luna 

La madre caracol se desvanece 
frente a las violetas.


Sin pensar

Desgano 
en tus arrugas frágiles 
en la almohada 
en tu cama 

Sin pensar, yo 
inquebrantable 
exploro. 


Es la niebla

Faldones de niebla 
acordonados por tus voces 
y rezongos 
en mis oídos 
aclimatados 

Te arrojo semillas 

reclamador 

de diagonales. 


* Últimos tres poemas: inéditos 

Ana Romano 
Poeta nacida en Córdoba. Reside en Capital Federal, Argentina

Cerré los ojos un instante y empujé su recuerdo hacia un rincón donde no pudiese hacerme daño.
John Boyne

Agustín Serrano Santiesteban


Tu ausencia es buscar el vaso 
y hallarlo, pero sin vino. 
                 Renael González 

Tu ausencia es buscar el vaso 
donde bebíamos juntos, 
es repasar los asuntos 
culpables de aquel fracaso. 
Es la falta del abrazo 
en lo duro del camino, 
la marca gris del destino 
en el azul de mi ropa; 
buscar amor en tu copa 
y hallarlo, pero sin vino. 


    *   *   * 

          Consejos 

Matar la soledad con una copa, 
cambiar de acera y respetar la luz. 
Entrar a las iglesias, ver la cruz, 
no preocuparse tanto por la ropa. 
Escuchar a Sabina con Estopa. 
No prestar atención al que te miente. 
Castrarle el veneno a la serpiente, 
tener dosis exactas de memoria. 
No preocuparse tanto por la gloria, 
salvar a toda costa al inocente. 

    *    *    * 

Montar de vez en cuando en bicicleta. 
Ponerle voz y cuerpo a una canción. 
No hacerle tanto caso al corazón, 
salvar al ave, quebrar cada escopeta. 
Revisar los proverbios del profeta, 
beber alguna vez del cocimiento. 
Tomarse una cerveza con el viento, 
joder al que te jode, mas de frente. 
No hablarlo todo; dejar que otro te cuente, 
saber que lo mejor dura un momento. 

    *    *    * 

Quebrar las catedrales del olvido. 
Saldar todas las deudas con el ego. 
Cambiar la frase en el cartel del ciego, 
entrevistarse a full con el ungido. 
Hallar el software de lo prometido. 
No acostumbrarse al rol, al mismo gajo, 
no despertar pensando en el trabajo. 
Llevar una canción en la cartera. 
Hacer lo suyo en cada primavera, 
mandar a los que mienten al carajo. 


Tres textos de un cuaderno inédito de décimas. 
    
    *    *    * 

Fabulación ante la muerte 

Viento del norte, 
llovizna, 
luna de cuarto menguante; 
la sombra del caminante tirita. 
Queda una brizna de aliento, 
una nube tizna la inocencia del paisaje. 
El recuerdo es un paraje de nieve, 
un sitio lejano en la memoria. 
Un hermano emprende un difícil viaje. 
Solo lleva el equipaje del silencio en la partida, 
la nostalgia del suicida en el último mensaje. 
Reposa el cuerpo, 
el carruaje de la noche lo traslada. 
Es cierto la vida es nada: 
un artificio, 
un instante; 
la huella que el caminante nos deja en cada jornada. 
Por qué perdemos el hilo, 
qué misterio nos confunde y en la penumbra
difunde su grito. 
Queda el pabilo de la luna. 
Pasa en vilo un féretro.
Cruel instante del mortal. 
Intolerante el tiempo muestra su apuro.  
Desaparece el futuro sin saber 
cuál Rocinante podrá soportar la carga de huellas, 
los amuletos, 
las mentiras, 
los secretos, 
ni tampoco cuán de larga será la muerte. 
Qué adarga esgrimir si espeluznante 
la noche llega. 
Menguante luna gris, 
viento del norte, 
llovizna; 
no hay quien soporte la angustia del caminante. 


Agustín Ramón Serrano Santiesteban 
Holguín, Cuba 

Dar produce más felicidad que recibir, ya que el acto de dar es una expresión de la propia vitalidad. 
Erich Fromm

Katy Herendi

Luna llena 

La Luna llena, llenísima, cargada de tanto polvo estelar que no da más, se posó, esponjosa y confianzuda, sobre la cumbrera del techo de la casa de al lado. 
Se pone tan al borde… Estoy viendo que no sea cosa que se caiga. Qué desastre. Qué diría mañana la Nasa. Qué vergüenza. Se queda ahí un buen rato, quieta, resolviendo un equilibrio ingrávido. Fosforece. Encima eso, fosforece con todos sus cráteres y hendiduras. Para mí que se ya se dio cada golpazo… Y gira. Apenas. Se va estirando con morosidad gatuna como si tuviera todo el tiempo por delante. Rueda, gira. Y rueda un poco más, y un poco más, hasta que creo que va a caer en el patio, pero no; se queda en el aire; flota en el charco quieto del cielo. Se suspende dispuesta a pasearse toda la noche como un globo enganchado, entre las telarañas de vapor que las estrellas tejen a su alrededor. Y al final se oculta despacio en el horizonte que forma el techo del otro vecino y lo único que queda es el resplandor. Después, nada. 


Katy Herendi 
Pilar, Buenos Aires, Argentina

La luna no lucha, no ataca a nadie, no se preocupa, no intenta aplastar a otros. Sigue su curso y por su naturaleza, influye suavemente.
Ming-Dao Deng

Irene Mercedes Aguirre

Laberintos del Ser 

¡Luces y sombras de origen incierto, 
que se entremezclan y se ramifican; 
que me recorren toda y vivifican 
esta porción vital en que me vierto! 

¡Pájaro herido o celestial paloma; 
exaltación de horas y soledades 
por develarte, mundo que te evades 
tras lo vivido ya, o tras lo que asoma!

¡Curvas cerradas donde esperan sinos 
de incertidumbre alegre o dolorosa, 
que como sierpe por mi entraña mora! 

¡En la que encuentro ciénaga o camino, 
entorpecida angustia o fresca rosa, 
inficionando vientos de la Aurora! 


La Ventana Cerrada 

              A las rimas sacras de Lope de Vega 

¿Qué miran hoy tus ojos amargados, 
potros rebeldes de pasados crines? 
¿Qué es lo que atisban, tras de los confines, 
con tus pupilas grávidas de enfados? 

¿Dónde quedó tu amor, ayer jazmines, 
tibio plumón de vida, hoy desgastado? 
¿Quién derribó tu fe? ¿Quién la ha quebrado? 
¿Quién silenció el rumor de tus clarines? 

Hoy te recuestas contra el hosco muro 
que levantaste, terco, esta mañana, 
cuando el silencio se tiñó de oscuro. 

¡Fue cuando al fin cerraste la ventana 
pese a su luz, pugnando con el puro 
rayo de amor que de Su pecho emana! 


Búsquedas 

Te busco, en estas horas que te evocan 
cuando abandono realidad de un salto; 
te capto con mis sueños, que te invocan 
cuando capturo duendes de lo alto. 

Te intuyo en cada hueco de mi carne, 
en cada poro, en cada gen, en cada 
destello de algún verso que te encarne 
y represente el ansia desatada. 

Aunque Tú bien conoces de mis necias, 
entorpecidas alas para el vuelo, 
yo, pese a todo sigo, sin temores. 

¡Puede que en Tu camino surquen, recias, 
voces más convincentes para el Cielo, 
cauces más ardorosos para amores!


Juicio Final 

Cielo de esperas, cálmate, confía, 
tal vez no será hoy; quizá mañana; 
pero una primavera -igual que mana 
la miel de la colmena- será el día. 

Entonces de repente, al aire puro, 
de fulgidos vapores fugitivos, 
se elevará, mayéstico y altivo,
un círculo de Luz entre lo oscuro. 

El universo humano -estoy segura- 
en toda la extensión de lo que abarca 
desechará a Satán, con sus negruras. 

¡Y habrá en los hombres justos una marca 
que estampará Alto Juez de las alturas, 
ante la cual, por fin, huirá la Parca! 


Territorios del Alma 

No te detengas, Alma, ve hacia adentro, 
hacia lo más profundo que te forma. 
Mapa de oscuridades que conforma 
un continente azul con luz al centro. 

Mientras palpo tu entorno salgo y entro. 
Cielo y materia de compleja horma 
que se evade del hoy, tras la norma 
de universal clamor que gime dentro. 

No cejaré en hacer mis caminatas 
en noches solas, de silencio grave, 
cuando el lirismo al mundo me arrebata. 

¡Y en cada etapa captaré una clave, 
que me conduzca al puerto que remata 
el postrimer confín, la última llave! 


Cuatro ‘Sonetos de la Luz’ del libro de la autora: Territorios del alma, año 1998. Libro reunido en la obra Diálogos del Camino*, juntamente con ‘Pater Nostrum’ (2002) y ‘Diálogos del camino’ (2014). *Buenos Aires, Ediciones El Escriba, 2022. Obra Distinguida Finalista de la XXXIV Edición del Premio Mundial de Poesía Mística ‘Fernando Rielo’ 2014, Madrid, España 

Irene Mercedes Aguirre 
Avellaneda, Buenos Aires, Argentina

Lo que trae plenitud es el agradecimiento, la simple respuesta de nuestro corazón a esta vida dada en toda su plenitud.
David Steindl-Rast

Daniel Gorosito

Intención poética… mi vida 

Uno nace, crece, vive, 
se descubre poeta 
entrega palabras 
y el verbo se queja, 
aunque lo tapan 
los dulces trinos 
de aves migratorias 
a las que las palabras 
apuntan, 
se dirigen, 
son flechas, 
que hieren las nubes de colores. 
Abajo, un gorrión 
camina a saltitos 
deambulando entre letras. 
Las nubes heridas, 
mimetizan su cromática 
vistiendo la incertidumbre de los grises 
que se van tragando el sol 
y el aire rebelde anuncia 
la calma lluvia. 
Palabras humedecidas 
escurren lento de la página 
se derraman como agua impávida. 
Los suaves arpegios que trae el viento 
hacen que el verso acuoso
que escribió este poeta 
se torne silencioso. 
Necesito un caracol 
para oír las olas. 
Barcos viejos 
se arriman agobiados 
buscando la luz del versofaro 
para librar la tormenta 
este poeta debe evitar 
el naufragio 
para escribir he nacido 
Intención poética… mi vida. 


Montevideo y el poema 

Una llovizna piadosa 
anuncia el diluvio de las letras 
en la apacible noche del sur 
albergadora de sueños. 
Hoy la luna, faltó a la cita 
sobre el Plata. 
El viento arremolinado 
descarga palabras peregrinas 
quizás al amanecer
germine poesía en la Ciudad Vieja. 
Colores suaves trae el día
un cielo celeste límpido 
tatuado por trocitos de nubes blancas. 
Ciudad adentro un poema avanza 
un poema abre puertas y corazones 
con su estilo duro y seco 
con rimas de cristal 
pinceladas vivas de luz 
del astro refulgente. 
Poesía susurro, grito, agita, 
transforma, 
diluye el Espacio-Tiempo 
para construir artesanalmente 
la palabra idealizada 
con un puñado de letras. 
Se tejen metáforas bien hilvanadas 
percibiendo los latidos de la urbe. 
El poema avanza
como el barco inmenso y gris 
que abre el agua y deja el surco espumoso. 
Mientras las olas de viento 
rompen en la Escollera Sarandí 
flotan las palabras 
y el poema avanza. 


Montevideo, no olvida 

Montevideo: falsa puerta en el tiempo. Jorge Luis Borges 

La tardecita sangra sobre el Plata 
un rojo ceibo cubre el horizonte 
en la orilla sur del mundo. 
Una bandada de aves nocturnas 
abofeteadas por el viento 
lanzan sus trinos angustiosos
sobre la Ciudad Vieja atardecida 
se van sombreando 
sus calles adoquinadas. 
La Iglesia Matriz se erige hermosa 
con su arquitectura sencilla y sobria 
como su pueblo. 
El campanario mudo 
donde no muerde el viento 
no despertará al viejo barrio. 
Dicen que hallaron restos 
de la antigua muralla de la ciudad 
que nació fortificada. 
Un sideral silencio de siglos 
se rompe y descubre perennes historias 
la puerta abierta al tiempo, 
a las raíces, a la nostalgia, 
al ayer. 
Montevideo, no olvida. 


Daniel Gorosito 
Nació en Montevideo, Uruguay. Reside en Irapuato, México

Llena tus ojos de asombro. Mira el mundo: es una maravilla mayor que cualquier cosa que puedas soñar o comprar. 
Ray Bradbury

Gloria Mazza

Templanza. Soy 

Al moderarme; 
                te cuido. 

¡No! 
         digo, al gritar a la brisa… 
Eso, no me aflige. 
Sé 
que al frenar el impulso reptiliano, 
         mi cerebro emocional revela a la razón, 
   avanzar en la salud y bienestar. 
Sé moderarme. 
Y mi cuerpo, 
       lleno de emociones, 
elige las sanas. 

Vivo 
       en un cuerpo que tiene caducidad 
Y sé que… 
Al moderarme, 
                   te cuido. 


Empatía. Paz

Cada partícula, 
                Eterna, 
                    enmudece. 

Cuando el dolor, 
impacta, 
sobre inocentes. 
Almas libres 
           de pensamiento, 
                        creencia 
                          en amor,
anhelo. 

Emociones empapadas, 
                               en empatía, 
se construyen. 
Y a cada paso la humanidad, 
                                  enaltece, 
cuando la tolerancia, la paciencia y la bondad 
                                       como bandera, 
un niño o una niña la transporta. 

A cada latido, permanezco firme, 
           Y LLEVO MI BANDERA EN EL ALMA, 
para ver la PAZ en todo el continente. 

*Poema seleccionado para antología “Voces por la Paz 2020” 


Zona de Confort. Éxito 

El cerebro, 
       decodifica, 
¡Peligro! 
Aprendemos 
       que el miedo/ 
          intrépido/ 
             viaja por las venas/ 
para decirle al cuerpo/ 
         que hay que educarse. 

Los interrogantes se hacen luz. 

Busco soluciones 
                  proceso 
                     el aprendizaje,/
                       valiente SOY. 

Convicción, 
emoción fuerte, 
            para superar mis dudas. 

Problema resuelto, 
                    éxito alcanzado. 
Zona de seguridad ampliada, 
                   felicidad en el alma.


Poemas del libro de la autora: Educar en la Paz 

Gloria Mazza 
Nació en Fraile, Jujuy. Reside en Marcos Juárez, Córdoba, Argentina

Escucha con la cabeza, pero deja hablar al corazón. 
Marguerite Yourcenar

Maikel Sofiel Ramírez Cruz

El último trago 

Se aproxima con dos vasos y una botella entre sus manos ensangrentadas. Camina con indescriptible gracia, como si flotara, como lo haría una diosa o una diabla, desnuda y descalza, irrefutablemente atractiva y sensual. 
Él aguarda desnudo y esposado sobre la cama, perdido en la profundidad del oceánico verde azul de sus ojos. Su rostro, su pelo libre sobre los hombros, su piel de nácar, las curvas de su cintura, sus senos insignificantes; todo su cuerpo roza lo sublime, como si fuera el resultado mismo de la divina creación. 
La sangre que brota se desliza sobre la almohada y cae por el borde de la cama, formando un rojo y viscoso charco que crece y crece. 
Ella retira el sacacorchos de su cuello mientras sonríe, él hace una gran mueca, un inevitable gesto de dolor y placer. Ella sirve un poco de brandy, y acerca hasta sus labios el último trago. 


Versión mejorada del cuento con igual título, incluido en el segundo libro del autor: Mi puta idolatrada.

Maikel Sofiel Ramírez Cruz 
Las Tunas, Cuba

Hay dos maneras de ser engañado. Uno es creer lo que no es verdad. La otra es negarse a creer lo que es verdad.
Soren Kierkegaard

Luis Carlos Fallon Borda

Un canto a la amistad 

Qué lindo pretender imitar 
la inocencia de un niño. 
Volver a balbucir, 
en un tibio lenguaje 
solo tenues palabras, 
quizás en media lengua, 
sin rudos andamiajes, 
ni insulsos predicados, 
solamente repletas de emociones, 
sin urdir compromisos! 
Decir lo que nos dicte 
la serena inocencia de la infancia, 
¡sin traducción al raciocinio!
Llenando las palabras, 
con la mayor pureza 
que suscite el lenguaje. 
Qué lindo es rodearnos 
nuevamente de ensueños 
y utopías plasmadas 
de colores, en su fino ropaje! 
Hallar en la expresión 
de lo sencillo la tenue primavera, 
el suave manantial que al cielo inspira! 
La paz de la verdad, 
de lo incondicional. 
¡De la inmensa frescura 
que brinda una amistad! 
Tal vez, nos adentremos 
en un corto y precario 
desfile de expresiones, 
a las que, sin embargo, 
deben adicionarse 
dos furtivos vocablos, 
que, sin dudarlo, 
nos llenaran de gozo 
tras su feliz arribo
a nuestra vida! 
Siempre te había esperado, 
te llevaré en el alma: 
mi inigualable amiga, 
mi incomparable, amigo! 


Leyendo a Stephen Hawking 

“Somos criaturas insignificantes en un planeta menor de una estrella común en los suburbios exteriores entre un centenar de miles de millones de galaxias”. 
(Cosmología Popular) S. Hawking 

“Breve historia del tiempo” 
me lleva a cuestionarme: 
¿No sé si soy gaviota o caracol, 
átomo, brisa, musgo o cordillera, 
pensamiento, paraje, 
o pavoroso espectro de neón? 
Porque hallar un cerebro
que sobre el tema piense 
(¡lejano al corazón!) 
con datos matemáticos, 
demostrables, precisos 
y concretos…inquiriendo 
en la ciencia la luz de la razón, 
¡es un tremendo embollo! 
(Atrás quedó silente 
en el camino la iluminada 
lógica del griego!) 
En dialéctica fórmula 
el genio desentraña 
la materia que indica 
a espacio-tiempo 
la forma de curvarse, 
en su peso de masa, 
y acorde a la debida curvatura 
ordena el movimiento,
en rítmico estertor. 
Magnitud y materia de infinita
energía, en latido de fuego 
¡separando galaxias! 
El Big-Bang formidable. 
El cuántico reducto de 
todos los comienzos, 
y las edades todas, 
en prístino fulgor! 
La eternidad del tiempo, 
en expansivo viaje… 
agrandando el espacio 
¡con vastos universos! 
Fascinante espectáculo
de inmensas dimensiones, 
que al logro de la ciencia 
solo le es concebible 
condensar en hipótesis. 
Todo ante nuestras mentes 
sorprendidos al percibir 
el axioma de un mudo 
interrogante que lleva 
a la entropía lacerante 
de la fascinación! 
Me ha abrumado 
¡esta hipotética lectura! 
De aquí y en adelante, 
si alguien quiere 
indagar mi procedencia, 
estrato laboral, 
vecindario, registro 
o dirección; 
responderé, 
citando al sabio Hawking, 
en su lacónica expresión: 
Resido como cualquier
ínfima hormiga, 
diminuto y perdido… 
“en la tercera piedra
después del sol”. 


Luis Carlos Fallon Borda 
Poeta nacido en Colombia. Reside en Miami, Florida, EEUU 

Siente tu vida, vívela, ámala y disfrútala. 
William Shakespeare

Orlando Valdez

llueve / llueve 
pero la extrañaba 
desde mucho antes 

una luz / una luz 
advierte 
que seguirá encendida 
cuando deje de llover 
aunque no estuviera 

mi sueño no se cumple 
al final de sus noches 
y eso quizá
sea la única manera
de estar con ella 


   *   *   * 

los suaves dolores del amor 
la vida apacible en sí misma
tu seguridad te enamora 
te enamora por las noches 

y la huida 
te ilusiona 
te habita y 

enmudeces a todo 


   *   *   * 

todo terminó 
con un maldito beso 
y vos 
no debías estar allí 
eran todas macanas 
que te ibas a marzo 
con la seño 
de matemáticas
si escribías amor
con la mano equivocada 


   *   *   * 

aun teniendo miedo 
teniéndolo todo 
todo amé 
llevándolo 
en mí 
a tus manos 
y eran sí mis sueños 
mi alma 
llamas de mí 


   *   *   *

nada más puedo 
nada recuerdo 
ni poco de mí siquiera 
como si lejos viviera 
esperando algo del olvido 
y así 
hace mucho tiempo 
y aún más 
sin tiempo ya 
callando miserias y pobreza 


Del libro del autor: setenta veces siete más de tres veces. Laborde Libros Editor. Rosario, 2019 

Orlando Valdez 
Rosario, Santa Fe, Argentina 

Estar asombrado es una de las formas más seguras de no envejecer demasiado rápido. 
Sidonie-Gabrielle Colette

Luis Vilchez

Un encuentro en un abrazo de pájaros 

Ayer me encontré con tu mirada, 
me abracé a tus alas, 
me entregué a tus labios
y gocé tu abrazo. 

Supe en ese instante 
que el mundo se alimenta diariamente 
de ese gesto tan simple, 
tan dichoso, 
que por suerte 
se nos hace una costumbre. 

Hemos podido sentir 
y brindarnos al abrazo, 
a la caricia eterna 
de las manos sudadas,
a la lágrima pura, 
a la poción de amor 
tan encantada 
de los abrazos diarios. 

Ayer 
te vi tan bella, 
tan fraternal, 
tan militante, 
tan vuelo fraternal de mariposas 

tan perfecta sonrisa, 
con los ojos abiertos 
y la marrón mirada en la mañana… 

Y disfruté tu abrazo, 
con fondo musical de pájaros 
y el encanto del perfume de las rosas. 

Y en ese democrático momento 
habíamos volado 
por el eterno tiempo 
del abrazo. 

Caminábamos 
bajo la ducha natural 
de la llovizna 
y hacíamos el amor 
tan sanamente, 
tan abrazadamente. 

Y como lecho, un árbol
y como techo, el cielo, 
y de alimento, el alma. 

Yo sé que no es frecuente 
en estos tiempos
gozar de los encuentros,
decirle buenos días a la vida, 
cantar el buen momento del abrazo 
nacernos paso a paso en la caricia. 
¿Entiendes lo que digo?: 
lo nuestro es un abrazo 
de actitud militante 
por eso vale doble. 

¡Compañera buen día, buen abrazo! 
¡Compañero buen día, buen abrazo! 

Mañana volveremos (lo presiento) 
a dibujar nuestras bocas 
que se abrazan 

y no olvidaré, 
amor 
que un encuentro 
es un abrazo
de pájaros. 


Luis Vilchez 
Juana Koslay, San Luis, Argentina 

No puede volver a dormir tranquilo aquel que una vez abrió los ojos. 
Nanterre, Mayo francés

Aníbal Malaparte

Padre 

Entre aquello que tu progenitor te heredó 
está la rabia y una pistola que le robaste, 
pero él permitió que lo hicieses,
una escalera para ver el cielo teñido de rojo
y la promesa que te hiciste a ti mismo 
de vengarte, vencer a quien lo derrotó a él, 
aplastarlo, pero en tus términos 
no en los de tu padre. 


Madre 

Ocurre que es más fácil culpar 
a la presente que, al ausente, 
lo mismo hiciste tú, 
ella no te comprendió 
y tú la decepcionaste. 
Irónicamente constatas 
que hay más de ella en ti 
de lo que eras consiente 
o reticente siquiera quieres aceptar. 


Carmesí acuarela 

No es que diga que no me seduzca 
la descarnada danza del tiempo sin fin, 
la desinteresada acuarela del cenit intoxicado. 
Como carcomidos dedos que sustituyen el pincel. 
Está tan lejos nuestro perdón. Tan cercana nuestra destrucción. 


No lo sé 

Si no sé explicar lo que siento, 
¿cómo voy a ser capaz de decirte cuando vuelo y me estrello? 
Si no sé lo que vas a decirme, 
¿cómo quieres que dispare a los relojes? 
Si no sé lo que vas a hacer, 
¿cómo quieres que cante un blues sobre el daño que me hicieron tus caricias? 
Y si no sé porque tú y tus porqués 
¿cómo quieres que no tema tus restos, tus rastros, tus rostros? 
Y ahora que eres mitad verso y mitad cuchillo 
¿quién te llorará en mis noches bolcheviques? 


Descripción innecesaria 

Soy también 
todas mis pérdidas 
lo que he llorado azorado, 
miserables sanguijuelas en mi pecho, 
bocas que dejé sangrando y suplicando, 
lo que me destruye de adentro hacia afuera, 
vigilias sin fin que pasé en negación y negociación, 
odio a los espejos, astillas de vidrio en mis nudillos, 
desvencijados tramos en escaleras sombrías, 
poemas al vacío que ya no pude escribir, 
aquello que tan firmemente negaba, 
pérdidas que no puedo disipar, 
torbellinos de ira y pena, 
incendios provocados, 
pero te dejo el resto 
no importa.


No-poema 

No-palabras/territorios/abandonados, 
ruinas/sigilos, 
elegías/barrancos. 
Somos/alguna-vez/fuimos/incendioytormenta. 
Palabras/jodidas-inciertas. 
Palabras/no-final. 


Aníbal Malaparte 
Xalapa, Veracruz, México 

Nunca sabemos en qué vidas influimos, ni cuándo ni por qué. 
Stephen King

Osvaldo Hueso

De autores y personajes 

Y yo me pregunté: “¿Por qué no puedo, desde mi posición de narrador de un cuento, preguntarle algo a un personaje?”. Entonces lo hice. 
-Che Juan ¿qué opinás del cuento, te parece bien de qué manera lo terminé, contando como la mina te dejó? 
Juan miraba desorientado, tratando de ubicar de dónde provenía la voz. 
-¿Quién me habla, dónde está? 
-Aquí, cerca tuyo. 
-¿Dónde? ¿Quién sos? 
-Soy el autor, el que escribe el cuento.
-¿El autor? ¡¿Y el autor me habla?! Disculpame la observación, autor, pero vos tenés que escribir, no hablar con los personajes. Vos escribís y nosotros actuamos de acuerdo a tu relato. Conversamos con los otros personajes, nos peleamos, nos morimos, todo lo que se te ocurra. Tu función es ésa: trasladar tu imaginación al papel para que el lector lea lo que sucede en el cuento. ¡Así estás haciendo las cosas al revés! 
-¿Por qué? a ver, decime. ¿Por qué razón yo no puedo hablar con los personajes, está escrito en algún decálogo del escritor o algo así? 
-No lo sé. Yo solo soy un personaje; hago lo que vos narrás y ya es bastante, porque a veces, se te ocurren a vos y a otros autores, cada historia, cada tontería, guiones de mala calidad, mal encuadrados en el relato y nosotros tenemos que hacer lo que se les ocurra, aunque nos demos cuenta que a nadie va a motivar, como éste que estás escribiendo ahora. ¡Dónde viste un autor hablando con su personaje! Eso es un delirio de mal gusto, una falta de respeto. ¡Cada uno en su lugar! ¿O te valés de mí al usarme de esta manera, para llamar la atención del lector? 
-Puede ser, Juan. Pero todavía no me contestaste si te gustó como conté cuando la mina te largó, o estás esquivando el bulto. 
-El personaje no opina, hace lo que vos escribís, ¡ya te lo dije antes! Si a vos te gustó decirlo así, yo me la aguanto. Pero, ¿che autor, por qué no decís lo que realmente sucedió en aquel otro relato? Ése donde te llamabas Jorge, y en primera persona describías tu estadía en el telo con tu vecina. Yo me enteré que no fue como lo pusiste. ¿Querés que cuente como fue? 
-Vamos Juan, no inventes, no me hagas reír, cómo vas a saber lo que pasó. En ese relato no te incluí, y si vos no sos un personaje de esa narración, no podés enterarte de nada. 
-¡Es lo que vos creés! Nosotros, en la biblioteca, cuando nadie nos ve, nos pasamos de cuento en cuento. Comentamos lo que sucede en cada uno, nos reímos de las boludeces que a veces escriben. Los criticamos. Coincidimos en que los cuentos de ahora no son como los de antes, incluso hasta tomamos una parte de cada cuento y hacemos el nuestro y ni siquiera tenemos la pretensión de verlo impreso. A veces discutimos, nos peleamos y el libro aparece en el suelo. No te olvides que tenemos que entretenernos. ¡Pueden pasar años sin que nadie abra el libro y nos lea! Si eso por fin ocurre, rápidamente rajamos cada uno para su cuento. Por eso me enteré de la vecina que estuvo con vos en el “telo”; estuve en el cuento y ella me refirió todo y fue distinto de lo que vos escribiste, pero no te hagas problema macho o ¿machomenos? No te preocupes, viví tranquilo, no se lo cuento a nadie; esto, queda entre nosotros. 


Osvaldo Hueso 
Morón, Buenos Aires, Argentina

Si quieres conocerte, actúa. Al actuar es cuando verdaderamente nos medimos con los demás. 
Johann W. Goethe